Fue gerente del IASS, director de la Oficina Económica de la Expo o del Insalud. A este doctor, licenciado en Derecho y Periodismo y profesor de Ciencias de la Salud, le apasiona la formación. El jueves lo hizo de 'fake news' y salud en el Corte Inglés.

—¿Qué está pasando con las ‘fake news’?

—La sociedad actual vive en una happycracia que nos obliga a ser felices y también a ser altos y guapos, delgados, con pelo, sin canas... Lo que nos convierte en tremendamente vulnerables ante los bombardeos de mensajes que nos llegan por múltiples canales, desde el WhatsApp a la televisión. Y ante los influencers, esas personas que se erigen con cierta autoridad para contarnos cosas. Si a esto sumamos que España es el quinto país que más retuitea las noticias falsas, la situación es verdaderamente preocupante. Y si estamos hablando de la salud, todavía lo es más. La persona con una enfermedad incurable busca donde sea paliar ese padecimiento, calmarlo o incluso curarse.

—¿No habría que distinguir entre internet y los medios convencionales?

—Internet es la jungla. Pero, por ejemplo, hasta hace poco veíamos en la televisión anuncios de tabaco, cuando el tabaco mata. La publicidad trata de persuadirnos, seducirnos y marcar un estilo de vida, al igual que el resto de medios. Los españoles consumimos 3 horas y 54 minutos de televisión al día y vemos más de 90 anuncios diarios. No planteo que toda la publicidad sea engañosa, pero sí que hay que tener cierto criterio.

—¿Está diciendo que los anuncios son también noticias falsas?

—En general no. Pero noticia falsa es notificar, informar, enseñar algo que luego no coincide con la realidad. Y si veo una hamburguesa en un anuncio y luego no es la que me dan, en realidad es un engaño. Pasó con las Clínicas Vitaldent.

—¿Los ‘influencers’ también mienten?

—Los influencers también opinan de veganismo, de dieta paleo o baja en grasa. Hay artistas, futbolistas y personajes con cierto impacto en los medios que hablan de dietas y suplementos alimenticios, cobrando. Lo importante es saber que no todo lo que se ve en los medios hay que creérselo y darlo por bueno, hay que contrastarlo. Más en temas de la salud, porque hay situaciones irreversibles.

—¿Algún consejo a seguir?

—En los productos milagro, por ejemplo, podemos sospechar cuando aparecen fotos del padecimiento, del antes y después, no hay registro sanitario y carece de evidencia científica alguna.

—¿Compraría medicamentos en webs?

—Es una barbaridad. Tienen apariencia de veracidad, pero no lo son. El sistema sanitario español es de los mejores del mundo y el mejor consejo es el del farmacéutico. Lo que pasa es que o nos da vergüenza ir a la farmacia o nos autoengañamos con el precio o hemos perdido el miedo a comprar on line. Pero, cuidado con los productos de la salud.

—Los médicos se quejan de que llegamos demasiado informados de internet.

—El conflicto con el profesional de la salud no es bueno. Pasa en procesos oncológicos y en situaciones graves. Cuando la persona está desesperada, porque tiene un cáncer o porque tiene alopecia y le supone un trauma tremendo, acude a las redes y, al final, lo mórbido tiene un especial mercado.