La vida de esta terapeuta barcelonesa cambió hace 20 años. Se inició como ‘animal communicator’ y ‘doula del alma’ (también para ellos). Este fin de semana está en Zaragoza. Su curso (en Yogavital) ha agotado plazas.

-¿Qué es un ‘animal communicator’?

-Es la persona que ha recordado el cómo comunicar con otras especies. Todos hemos nacido con esa capacidad pero al entrar a formar parte la palabra, se duerme. Todos los animales se comunican entre ellos. No somos una excepción.

-Estos días da un curso en Zaragoza... ¡Y han agotado las plazas!

-Cuando empecé, hace dos décadas, no pensé que en España llegáramos al punto actual. Cada vez hay más conciencia de que los animales no distan tanto de nosotros, incluso a nivel emocional.

-Una de las cuestiones en las que profundiza es el duelo... Los animales que son parte de una familia suelen irse antes, pero es difícil dejarles marchar.

-Dejar marchar a nuestros seres queridos es complicado en nuestra cultura. Otras viven la muerte de una forma mucho más natural, como parte de la vida. Bajo mi experiencia, tener conciencia de la vida y de la muerte no solo facilita el tránsito del que va a partir si no también de los familiares que le sobreviven.

-Los animales no tienen miedo a la muerte. ¿Cómo ayudan ustedes?

-La diferencia es que ellos no se han desconectado de su instinto. Los que tenemos animales debemos ser conscientes de que, en general, les vamos a sobrevivir. Y es mejor así. Demasiados animales que sobreviven a sus responsables acaban eutanasiados o abandonados. Cuando imparto cursos a veterinarios, recomiendo que en el momento del «ya no hay nada que hacer», den una guía de los procesos que pasamos los mamíferos en el final. Ese proceso asusta. Hay demasiadas eutanasias para evitar el sufrimiento humano. En su hábitat, los animales toman decisiones sobre su enfermedad o su muerte. ¿Por qué tenemos que decidir por ellos? Ahí el comunicador tiene un papel fundamental como doula del alma, acompañando al animal y a la familia.

-¿En qué otras cuestiones trabaja un ‘animal communicator’ y cómo respetan los límites del veterinario?

-Siempre hay que respetar el trabajo veterinario. Un animal communicator no debe diagnosticar, ni recetar. Aunque hay veterinarios que son comunicadores. El papel del comunicador es interpretar las señales emitidas por el animal y trasladarlas a sus responsables o viceversa. También puede ayudar en animales perdidos o rescatados para ayudarles a adaptarse a una nueva vida o saber sobre su pasado si hubiese problemas.

-Fue una de las pioneras en su campo. ¿Cómo comenzó esta historia?

-Empecé como terapeuta humana. Una noche oscura del alma y Tama, un perro, me cambiaron la vida. Gracias a Tama vi que mi formación se podía aplicar a los animales y con resultados más rápidos ya que ellos no tienen filtro racional.

-Es una gran defensora de los derechos animales. ¿En qué situación estamos?

-Las leyes avanzan pero demasiadas veces no pasan del papel. El movimiento animalista debe ser serio denunciando y no sólo en redes. Da vergüenza que algunos hablen de bienestar animal para ganar votos o clientes cuando se explota o maltrata a la mayoría de animales que tienen contacto con nosotros.