Es el presidente del club de ajedrez más antiguo de Zaragoza. Este deporte fue uno de los pocos que resistió al confinamiento gracias a su adaptación a las nuevas tecnologías. Ahora recupera su estatus clásico y triunfa entre los más jóvenes

- El ajedrez ha ganado al confinamiento, al cambio analógico, al aburrimiento… ¿Qué tiene este deporte?

- Al igual que muchos deportes, tiene el valor de la fuerza. El ELO es la nomenclatura que se usa para calcular la habilidad relativa de cada jugador, desde un niño de ocho años hasta un anciano de 85. Con ello, sabes a quién te enfrentas y le da valor al desarrollo del juego. El mundo científico está en auge, toda persona que practica un estudio del ajedrez con profundidad progresa en gran medida en su desarrollo mental, especialmente, en el ámbito de las matemáticas o de la ingeniería.

- ¿Cuántos años lleva el Club de Ajedrez Ramiro?

- Desde el año 1972 oficialmente como club y, con anterioridad, desde el año 68.

- ¿Quiénes forman parte de él?

- En este momento, son dos los equipos federados en Primera. Algunos jugadores empezaron cuando todavía eran niños y continúan haciéndolo.

- Todo comenzó en un bar...

- Era un establecimiento de hostelería que llevábamos nosotros. Entre otras muchas actividades que se realizaban para atraer público, siempre estaba el ajedrez. Esto fue más que atracción, nos cogió un interés propio y allí surgió la chispa.

- ¿Cómo fueron esos inicios?

- Se compaginaba el juego con el funcionamiento del bar. Había varios jugadores y, fundamentalmente, eran partidas de amigos, pero hubo una persona que encendió mucho la llama, se llamaba Francisco Grima. En el año 74, luchábamos porque fuese un juego que poder disfrutar en la calle. En nuestras primeras partidos, en un costado de la iglesia San Valero, no teníamos relojes, poníamos nuestro dinero para sacar aquello adelante y se cantaban los tiempos con la boca. Después, ahorramos para un magnetofón con la cinta grabada.

- Ahora, ¿se han abierto al ‘boom’ de las competiciones virtuales?

- Nuestros jugadores lo practican continuamente, se presentan a todos los campeonatos presenciales a lo largo del año pero, diariamente, se ejercitan vía online.

- ¿Qué tipo de personas se interesan por este juego?

- Hay una amplia variedad de edad, a menudo chicos pequeños que se les enseñaba en el bar con gente muy ducha para ello. El ajedrez tiene una particularidad, y es que, personas que llevan mucho tiempo sin jugar han logrado subirse al carro de nuevo con facilidad.

- ¿Es una afición que va de padres a hijos?

- En su momento era algo familiar. Nosotros no nos hemos quedado en stanby, ni mucho menos, estamos jugando pero el dinamismo que el club tenía en los años 70 o 80 no se ha podido recuperar. Hasta los primeros años del 2000 disponíamos de local propio, cuando lo dejamos, dependíamos del ayuntamiento.

- ¿Te enseña a ponerte en el lugar del otro?

- Es el cúmulo de una serie de movimientos, si no hubiese errores, no se acabaría nunca. Ver con antelación la jugada del contrario, el camino que recorres y como desarrollarlo. Es extraordinario, si no lo sintiéramos, no sería posible.