Es la coordinadora de ‘Vacaciones en Paz’, la campaña que la asociación Um Draiga lleva impulsando desde 1996 en la comunidad para promover que familias aragonesas acojan a niños saharauis en julio y agosto.

-La campaña ‘Vacaciones en Paz’ se puso en marcha en Aragón en 1996. ¿A cuántos niños han alegrado el verano desde entonces?

-Cada año han venido de media a Aragón unos 150 niños, así que ya hemos superado los 3.000. Es una satisfacción la verdad, porque aquí se lo pasan en grande. Las familias les llevan a la piscina, a la playa o al parque de atracciones y disfrutan de cosas que ni han visto.

-¿Qué tiene que hacer una familia que quiera acoger a un niño?

-Muy fácil. Pasarse por la asociación o llamarnos por teléfono (648 84 65 66) para concertar una pequeña entrevista. Aquí en Zaragoza organizamos la campaña junto a Arapaz y llegamos a pueblos como Calatayud, Mallén, Ainzón o Boquiñeni. Um Draiga también está presente en Huesca y Teruel, así que cada provincia funciona de forma autónoma.Lo principal es que la familia en cuestión crea en el proyecto, que le gusten los niños y quiera tener un verano solidario e inolvidable. No hay más que ver que casi todas las familias repiten.

-¿La crisis afectó al proyecto?

-Bastante. El número de familias de acogida bajó mucho y aún se sigue notando. Ahora tenemos que hacer una gran labor de promoción porque cada vez es más difícil conseguir familias. La cifra cayó a la mitad. En Andalucía, por ejemplo, se pasó de mil niños a 500, y en Aragón la caída también fue del 50%. Lo ideal es que para marzo y abril ya esté todo cerrado porque tenemos que ultimar toda la documentación y gestionar el avión que fletamos desde Tinduf.

-¿Qué supone para los niños saharauis venir a España esos dos meses?

-Lo primero es que les sacamos los dos meses más fuertes del verano del desierto, donde hay 50 grados a la sombra. Además, aquí tienen la oportunidad de mejorar la precaria alimentación que reciben en los campamentos y cargar pilas para pasar el resto del año en el Sáhara. También se les realizan revisiones médicas para tener controlado su estado de salud. Además, a algunos les abrimos un horizonte nuevo. Ahora traemos niños de entre 10 y 12 años, pero algunos que empezaron con la campaña han acabado estudiando aquí gracias a otros proyectos. Por ejemplo, tenemos a un enfermero y a un abogado ejerciendo en Zaragoza que comenzaron con nosotros.

-¿Temen que la crisis del coronavirus acabe afectando a la campaña?

-Lo hemos llegado a pensar, pero esperamos que no. De momento no nos han dicho nada. Además, hay que tener en cuenta que vienen en verano; esperemos que para entonces se haya solucionado.

-¿España apoya como debería al pueblo saharaui?

-Está claro que no. España tiene una deuda muy grande con los saharauis. Les traicionamos y les dejamos solos porque no hay que olvidar que fue provincia española hasta 1975, así que deberíamos hacer mucho más por intentar arreglar el conflicto. El Gobierno debería ser más beligerante porque todos prometen mucho pero no hacen nada. La Unión Europea también tendría que hacer más para presionar a Marruecos.