Para conmemorar el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, la ilustradora y escritora Sandra Uve impartirá un taller infantil el sábado en La Pantera Rossa y presentará su libro Supermujeres, Superinventoras (Lunwerg).

—Estamos en un momento reivindicativo para la mujer. ¿Qué aporta su libro?

—Apuesta por un cambio hacia una educación mucho más equitativa, libre de estereotipos de género, donde se hable de las científicas igual que hasta ahora se ha hablado de científicos. Ahora mismo, los profesores están realizando una labor magnífica porque llevan a cabo muchos proyectos sobre científicas y, aunque sea verbalmente, nombran, por ejemplo, a Ada Lovelace, inventora de la programación, o a Hedy Lamarr, inventora de lo que hoy llamamos wifi. Pero lo importante es que la mujer inventora quede registrada en los libros de texto escolares porque es la forma más legal de darles voz. Este libro reivindica la labor y la obra de mujeres que cambiaron su vida y también nuestro presente.

—¿Cuántas superinventoras incluye?

—Son 94 mujeres inventoras que lucharon contra todo pronóstico por conseguir lo que querían. La mayoría de ellas son científicas: físicas, químicas, ingenieras de telecomunicaciones, ingenieras industriales y medioambientales o geólogas.

—¿Le ha costado mucho obtener y contrastar la información que publica?

—El trabajo fue arduo. Empecé en el 2015 y me encontré con que la mayoría de la información estaba completamente enterrada de forma deliberada en la historia. Afortunadamente, internet me ha facilitado el acceso a archivos digitalizados de bibliotecas, centros históricos, escuelas y periódicos. Llegué a 3.000 mujeres de todo el mundo. Elegí a 25 para una exposición que está en itinerancia en la provincia de Barcelona y que queremos proyectarla a otros lugares. Otras 94 se destinaron a este libro. Y también voy seleccionando a inventoras para los talleres y conferencias que imparto en escuelas e institutos de toda España.

—El diseño del libro resulta curioso.

—Sí, quería darle un tono educativo como parte de un proyecto que incluye también la exposición y los talleres. Y elegí la letra ligada como un homenaje a la defensa de la formación por la que lucharon estas mujeres, además de la lucha que tuvieron por sus derechos civiles para patentar algo a su nombre o por tener voz y voto público. Cada inventora tiene su doble página con su fecha de nacimiento y defunción, un texto destacando un invento, porque algunas, como Beulah Louise Henry Lady Edison, que es la portada del libro, tienen hasta 200, y una ilustración de su retrato.

—¿Alguna española?

—Dos que me gustan mucho: la zaragozana Celia Sánchez-Ramos, que patentó un invento digno de película de ciencia ficción como es la autenticación por córnea, y la valenciana Pilar Mateo que ha inventado el Inesfly, una tecnología eficaz que ha controlado, por ejemplo, la enfermedad de Chagas en Sudamérica. También está Ángela Ruiz Robles, inventora del primer e-book.

—¿Qué hará en el taller del sábado?

—Una primera parte se centrará en el proyecto reivindicativo, divulgativo y educativo y en explicar el libro con anécdotas de las inventoras. Y una segunda es una masterclass de acuarela para dibujar una ilustración del libro.