Maestro, doctor en Pedagogía y catedrático jubilado de la Facultad de Educación de Zaragoza. Acaba de publicar ‘La escuela en tiempos de pandemia’ y teme que la situación derivada de la crisis sanitaria incremente los casos de fracaso escolar.

La pregunta es obligada. ¿Cómo debe ser la escuela en tiempos de pandemia?

Aquí no hay nada 100% válido pero, desde mi puinto de vista, ya ha llegado el momento de que la escuela clásica tal y como la conocemos tiene que pasar a la historia. Por ejemplo, el número de horas que los alumnos están en el colegio o la universidad se debería rebajar bastante y dedicar ese tiempo a aprender a buscar y distinguir información por internet, acudir a museos o visitar granjas. En nuestro país, los alumnos pasan demasiadas horas en las aulas. Si todo esto se hubiera planteado de una manera seria y rigurosa, la vuelta a las aulas hubiera sido ahora menos problemática y los grupos hubieran podido ser más reducidos.

¿Entre marzo y junio se hicieron bien las cosas o el confinamiento sirvió para visibilizar carencias en el sistema?

Todo fue tan rápido que lógicamente se cometieron errores. Además, hubo muchas diferencias entre los centros, porque en algunos de ellos se pusieron en marcha o se continuó con iniciativas novedosas muy útiles en estos momentos. El temor a que la innovacion pedagógica no llegue a todas las escuelas está ahí. Además, no debemos olvidar que muchas veces todo esto también depende de las familias. De su capacidad adquistiva y su formación. Por eso habría que haber abierto los colegios durante los meses de verano para intentar recuperar a esos miles de niños qus se quedaron rezagados por razones tecnológicas o lo que fuera.

Con esta nueva situación derivada de la pandemia, ¿se corre el riesgo de que aumente el fracaso escolar?

Es evidente que en algunos casos, dependiendo del entorno familiar y del acceso a la tecnología, el fracaso escolar podría agravarse. También depende de los cursos. El paso de sexto de primaria a ESO, por ejemplo, es difícil, así como los que pasan a primero de bachillerato.

¿Los profesores también deben adaptarse a este cambio?

Por supuesto. Se tendrían que haber realizado cursos intensivos de formación al profesorado. Aunque también hay que recordar que en algunos colegios ni ha habido medios para adaptarse a esta nueva situación. Lógicamente, y como en todas las profesiones, hay profesores irresponsables que se han tomado esto como una especie de vacaciones, y eso no puede ser.

Lleva años abogando por un modelo alternativo «a la vieja y desgastada escuela tradicional».

Reconozco que en mi modelo hay bastante de utopía, pero en los muchos años que he visitado escuelas he conocido muy buenas prácticas. Algunos de ellos son el colegio gallego O Pelouro, con un trabajo muy personalizado a la vez que comunitario, u otro que visité en Canadá, donde toda la sociedad se implicaba en el proceso educativo, hasta la policía daba clases. Por todo ello, apuesto por un modelo interactivo, comunitario y virtual.

¿Los distintos Gobiernos han estado a la altura en materia educativa?

Se habla mucho de los vaivenes de las leyes educativas, pero en el fondo la escuela actual es muy parecida a la de hace 60 años. La base ha cambiado muy poco. Las dos únicas reformas profundas han sido las de 1971 y la LOGSE de 1990; el resto han sido mera cosmética.