Natural de Calatayud (1976), este arquitecto y profesor en la Universidad de Zaragoza recoge esta tarde en Madrid el Premio Nacional de Arquitectura con Ñ por Campanadas, la iluminación navideña de la calle Preciados de la capital de España.

—¿Cómo se inspira uno para diseñar iluminación navideña callejera?

—La iluminación navideña tiene que tener un equilibrio entre evocación e innovación. Tiene que recuperar partes del subconsciente colectivo, de lo que la Navidad nos evoca a todos. Y tiene que ser innovadora, porque no deja de ser una manifestación cultural, incluso artística, de nuestra intervención en el espacio público.

—Explica ‘Campanadas’.

— Es una instalación que tintinea al son de las campanadas del reloj de la Puerta del Sol. Cuando vayan a dar las doce, se apagará. Todo el mundo mirará al reloj. Y con las campanadas palpitará. Después, volverá a funcionar con su propio ritmo. A su vez, es una galería a base de arcos que acompaña el devenir de la gente en una calle tan comercial como es Preciados. Son arcos de diferentes tamaños que llegan a los 20 metros, casi siete plantas de altura, que construyen ese pasaje envolvente. En dirección a la puerta del sol es de colores dorados y amarillos, y hacia Callao, de tonos azules.

—Imagino que se ha cuidado la eficiencia energética y el medio ambiente.

—El departamento de desarrollo que produce las luces es, en ese sentido, muy cuidadoso. Se trabaja con materiales de última tecnología y de ahorro energético, que también nos permiten construir las ideas que tenemos los diseñadores.

—Este es el segundo año consecutivo que recibes el galardón, promovido por el Colegio de Arquitectos de Madrid e Ifema. ¿Estás especializado en este tipo de instalaciones?

—Trabajar en el espacio público tiene para mí un componente extra, porque trabajas directamente con el ciudadano. En el año 2004 gané en Madrid el primer concurso con Confeti, una instalación de luces de Navidad que funcionaban también de día. Después vino Serpentinas, para la calle Fuencarral; y Guirnaldas, para la plaza de Chueca. Y el año pasado, bufandas para Serrano. El Ayuntamiento de Madrid, como a otros arquitectos y diseñadores de moda, nos ha invitado a convertir la ciudad en algo seductor, hermoso, radiante. Y de esa invitación ha salido Campanadas.

—¿Qué se te pasó por la cabeza cuando supiste que ‘vestirías’ Preciados?

—La responsabilidad era muy alta. Es un escaparate publicitario increíble y un espacio público fascinante. Es la calle que más visitas tiene de España en Navidad.

—Hay un bus turístico con una ruta por la iluminación navideña madrileña.

—Madrid se ha posicionado desde hace años como una de las capitales de destino turístico invernal. El programa es muy completo e incluye actividades culturales, musicales, teatro, etc, que dan vida al centro de la ciudad.

—¿Qué pasa en Zaragoza?

—Grandes ciudades como Barcelona, Valencia, Vigo o Málaga se han sumado a esta oferta turística invernal. Y a Zaragoza le correspondería dar ese paso porque tiene muchísimas posibilidades. Sería muy positivo para la ciudad que los zaragozanos no tuvieran que marcharse a Madrid para ver las luces de Navidad.