Esta artista interdisciplinar madrileña presenta en Zaragoza su exposición fotográfica ‘Negro, morado, casi blanco’ por el día Internacional Contra la Violencia hacia la Mujer que se celebra el 25 de noviembre.

Su obra se expondrá en la sala Juana Francés desde el 26 de noviembre hasta el 4 de febrero, ¿qué podremos encontrar en ella?

La exposición es de fotografía artística y trata los procesos de transformación de las mujeres. Cuando una está en crisis y necesita enfrentarse a una situación difícil se plantea qué herramientas y qué estrategias necesita para tomar las riendas de su vida y seguir creciendo. El proceso que intento plasmar se divide en tres zonas, tres colores: el negro, el morado y el blanco.

¿Qué representa cada color?

Cada color representa una fase. El negro es el momento de la consciencia, de aceptar la dificultad de la situación. Esa fase es muy importante para dar los primeros pasos. La segunda parte es el morado, que simboliza transformación, la mezcla. Aquí asumes que puedes hacer cosas, aparece el proceso de empoderamiento, descubres de qué eres capaz y das el paso.

¿Cómo identifica en su obra un concepto tan importante para el feminismo como es el empoderamiento?

Si tomamos la terminología desde su origen, el inglés, significaría darse cuenta de lo que una es capaz de hacer. No se trata del poder, pero si lo tuviéramos que relacionar sería como un poder interno. Aplicado a la perspectiva de género, el sistema educa a las mujeres como personas dependientes por ello el empoderamiento busca romper con ello.

Esta ruptura tiene mucho que ver con el tercer color, el blanco…

Exacto, una vez hecho este camino de pequeños cambios llega el blanco. Este se define como el conjunto de todas las luces, donde están todas las posibilidades, todos los colores. También es un movimiento, la luz se mueve e ilumina la realidad. En esta fase las mujeres danzan, se mueven, ríen… adoptan una aptitud gozo

¿Cuál es el color que más valora?

Las tres zonas tienen fuerza por separado, pero cada una tiene su propia acción. Las imágenes de la primera parte son muy potentes porque tratan el enfrentamiento contra una misma donde entra en juego el miedo. El morado también tiene una gran potencia porque trata conceptos como la resiliencia.

¿Cómo capta la resiliencia a través de sus fotografías?

Esta está marcada en azules y rojos principalmente, se juega con la mezcla del color morado. De esta manera pretendo centrarme en la fortaleza, ya que la resiliencia se basa en, cuando estás abajo del todo, sacar la capacidad de levantarse y empezar el proceso adecuado. Aquí aparece la risa, entendiendo que «o nos reímos juntas o esto no hay quien lo soporte».

Esta exposición se presenta en Zaragoza por el día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, una lucha que está muy ligada a su trabajo.

Aunque mi obra es más general, ya que tiene que ver con los conceptos de crisis y de transformación, es verdad que cuando estás en una situación de violencia el proceso es parecido. Primero tienes que ser consciente de que estás siendo maltratada. Una de las dificultades que tiene la víctima de género es aceptar lo que le ocurre y superar su propio miedo.