Técnico de Medio Ambiente en Biescas, dedica su tiempo libre al montañismo, la flora, la historia..., y a las piedras. El etnógrafo ha escrito el ‘Diccionario de signos, símbolos y personajes míticos y legendarios del Pirineo’.

—¿Cuándo hablan las piedras?

—En el momento que alguien las transforma para decirnos algo. Cuando construías una casa había dos prioridades: la protección del conjunto, incluidos los animales; y la fecundidad, ya sea vegetal, humana o animal. Eso se reflejaba en las casas de una sociedad que viene desde la prehistoria en la que no había seguros de ningún tipo. Recurrían a la magia. La simbología, al final, es magia.

—¿Y qué suelen decir las piedras?

—Los diferentes sustratos culturales del Pirineo, que es una zona de paso, se traducen en símbolos. Los más antiguos arrancan en el Neolítico; los más modernos, en época medieval, con la cristianización de estas montañas. Hay símbolos adscritos a diferentes culturas.

—Tampoco dirán lo mismo con el paso de los siglos...

—Claro. Va variando en función de a quién se dirige. Por ejemplo, las sociedades prehistóricas eran sedentarias y tenían un tipo de religión que no se parece en nada a la que tuvieron luego los celtas o más tarde los romanos. Todos buscan lo mismo, cambia a quién se dirigen con esos símbolos. Por simplificar, a qué dioses. Se han seguido colocando durante siglos porque los consideran símbolos protectores, aunque el dios al que se dirigían ya no exista como tal. La Iglesia católica no lo aprobaría, pero a nivel popular se hace. Son tradiciones.

—¿La cruz es el símbolo por excelencia?

—El símbolo protector por excelencia de los cristianos, aunque la cruz es anterior. Los cristianos la cogieron para colocarla en dinteles de puertas y ventanas para proteger sus casas. La gente creía a pies juntillas hasta los años 70 del siglo XX que las enfermedades, las brujas, las pestes…, que todo eso entraba por vanos, por puertas y ventanas. Por eso las protegían. Mediante símbolos paganos al principio y después mediante cruces.

—¿Quiere decir que toda esa simbología procede del miedo a lo desconocido?

—Correcto. Del miedo a cosas que no se controlan. La creencia en las brujas, que hoy en día nos parece folclore, era real hasta la pasada generación. ¿Cuál era el enemigo de las brujas que hacían un pacto con el demonio? Pues una cruz.

—¿Qué destaca en el Pirineo?

—Por un lado, las representaciones vegetales como símbolos que atraen la fertilidad a las casas. Y después representaciones astrales como hexafolias, lauburus…

—¿Va desapareciendo esa simbología?

—Sorprendentemente no. En el boom inmobiliario de los 90 se puede ver que en muchas casas aún colocaban símbolos. No sabían qué significaban, lo hacían por tradición. Y parte del éxito de mi diccionario es que la gente valora este tipo derepresentaciones aunque no sepan lo que significa. Hemos llegado al momento en el que no desaparecerán.

—¿Qué hay en el diccionario?

—Aparte de la explicación de los símbolos, una revisión de los mitos. Las leyendas y tradiciones forman parte del subconsciente colectivo. Toda la mitología que se viene recogiendo desde el siglo XIX la hemos georeferenciado. Por ejemplo, a Silván, el gigante del Sobrarbe.