Doctor en Paz y Seguridad Internacional por la UNED, miembro del Seminario de Investigación para la Paz de Zaragoza y profesor. En su último ‘post’ ‘Vientos de guerra en Venezuela’ apuesta por el diálogo para unas elecciones limpias.

—¿Juan Guaidó es el presidente de Venezuela?

—Para algunos estados, la UE y EEUU, sí. Guaidó dice que Maduro es un usurpador porque las elecciones en las que ganó la Presidencia no han sido refrendadas. Y se autoproclama como presidente legal de acuerdo con unos artículos de la Constitución. Pero lo más importante es lo que el pueblo venezolano pueda decir en unas elecciones libres, limpias y democráticas.

—La solución entonces, elecciones.

—Para mí, sí. Pero primero hay que negociar cómo se van a celebrar esas elecciones. Porque ahora mismo, el aparato de Maduro no garantiza que vayan a ser limpias ni que pueda participar todo el mundo. Podría hacerse a través de un mediador y de manera supervisada. Pero hay que acordar más cosas. Por ejemplo, una transición pacífica para la salida de Maduro y los privilegiados del poder suponiendo que no ganara.

—Zapatero fue mediador y fracasó.

—No fracasó por la figura de Zapatero. En esa mediación participaban otros países e incluso la Iglesia Católica. Posiblemente ni Maduro ni las fuerzas de oposición querían llegar a un acuerdo.

—¿Cómo ha llegado Venezuela a una situación tan extrema?

—Venezuela hay que explicarla siempre en clave de petróleo. Yo tengo una teoría: en los ciclos con precios altos del crudo el país ha funcionado más o menos. Pero ahora, se ha visto salpicada por la mala gestión de sus dirigentes, los precios bajos del petróleo y las sanciones. Unas sanciones que también afectan al pueblo, que carece de alimentos y medicinas, y que se aplican con la justificación de la injerencia humanitaria de los derechos humanos cuando en realidad lo que se están escondiendo son otros intereses. Recordemos que son sanciones no refrendadas por el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, y unilaterales de determinados países, que son juez y parte.

—¿De qué intereses habla?

—Los dirigentes de Venezuela, muchos de ellos militares, lo son también de petroleras, mineras, empresas turísticas, bancos, medios de comunicación… Intereses sobre los que otros de fuera quieren hincar el diente. Y también de intereses geoestratégicos. EEUU no quiere perder su influencia en la zona ante Rusia ni ante la gran inversión de China.

—¿Dónde está la ONU?

—Quien tiene la responsabilidad en el reparto humanitario es la ONU. Cualquier país no puede unilateralmente llevarla a cabo. No puede servir de beneficio a ningún interés partidista. Una cosa es Maduro y el régimen chavista y otra lo que intentan hacer determinados poderes a través de EEUU. En el índice de crisis humanitaria de la ONU, Venezuela tiene un 4,3 y Colombia un 5,4.

—Mientras tanto, ahí sigue Maduro.

—Tiene el sostén del Ejército y de ciertos poderes beneficiados del sistema. Pero, la tropa pasa las mismas penurias que el pueblo. Y es peligroso que esos militares se rebelen y el Ejército se divida hostigado desde fuera. Tenemos un ejemplo reciente en la historia: Siria.