El corredor del Jalón se quedará en el plazo de un año con una sola estación de tren, la de Calatayud, según los planes que la compañía Renfe ha presentado a los sindicatos representados en el comité de empresa. Esta medida suprimirá 20 puestos de trabajo sólo en esta línea ferroviaria, aunque en total el número de trabajadores que se verán afectados en la comunidad aragonesa serán 80, los cuales se reubicarán en otras zonas. La más perjudicada será la estación de Casetas, que perderá los cinco trabajadores que tiene actualmente.

Sólo en la comarca de Calatayud se cerrarán a principios del próximo año las estaciones de Ariza, Alhama de Aragón y Morés --aunque estas tres últimas ya se encuentran actualmente a medio servicio--, según los datos que maneja la Federación de Transportes de UGT-Aragón. Mientras, en el resto del trayecto hasta Zaragoza también se verán afectados por esta medida los municipios de Morata de Jalón, Ricla, Epila, Grisén y Casetas, que perderán este servicio a mediados del 2006. A estas supresiones hay que añadir las estaciones de otras localidades que ya llevan cerradas varios años como Ateca o Cetina, y que sólo han funcionado como apeaderos.

Es decir, en toda la línea de Madrid a Zaragoza a su paso por Aragón, la única estación que continuará abierta es la de Calatayud, aunque sólo contará con servicio de venta de billetes, ya que perderá un trabajador y no habrá personal para dar la salida y la llegada a los trenes ni para informar sobre posibles retrasos, según fuentes de UGT.

Una barbaridad

El alcalde de Morés, Carmelo Enguid, manifestó ayer que sería "una barbaridad" cerrar la estación de su municipio. "Morés es un enlace principal con la Comarca del Aranda, concretamente con Illueca y Brea de Aragón", añadió. De confirmarse el cierre, Enguid aseguró que se movilizaría en su contra, aunque dicha decisión dependa de su propio partido.

Los motivos que argumenta la compañía es la implantación de un nuevo Sistema de Bloqueo de Tráfico Centralizado que hará innecesaria la existencia de personal en las estaciones. Sin embargo, según el sindicato, esta circunstancia repercute en la seguridad de los viajeros y en la calidad de la atención, ya que las paradas no dispondrán de una persona que regule la llegada de los trenes y sus billetes.

El portavoz socialista en la comisión de Obras Públicas, Javier Sada, explicó ayer que todavía es muy pronto para sacar conclusiones sobre el posible cierre de la estaciones, ya que, de ejecutarse, "será necesario analizar las incidencias y las posibles alternativas que puedan surgir". En cualquier caso, Sada aseguró que su partido va a trabajar en todo momento para "mejorar el servicio y no dar ningún paso hacia atrás".