Uno de nuestros poetas más señeros fue el bilbilitano Marco Valerio Marcial (Vita&Liber), que nace sobre el 40 y murió entre el 103 y 104. La sala Bayeu de la DGA ofrece una muestra de originales de sus obras, un manuscrito y más de treinta libros de ediciones antiguas, desde el 1500 hasta el siglo XX, incluso una de 1974 en japonés. Nuestro invitado es uno de los expertos que ha preparado la exposición.

--¿De dónde procedía Marco Valerio Marcial?

--El habla de su Bílbilis, con lo cual tenemos que entender que es de allí. Pertenecía a una familia acomodada, como para darle una educación superior, y como parece ejerció de abogado, se puede deducir que fue a una escuela de retórica, que facultaba para la vida pública, para hacer política, para la abogacía.

--Sería de posibles porque se fue a Roma, un viaje muy largo.

--Así, es, vivió en Roma y algún contacto tenía que tener. Se deduce de algún poema que estuvo ligado a Séneca, que era como el primer ministro del Emperador Nerón, lo que da entender que tenía buenos contactos. En Roma estuvo 30 años. Y en el 98 vuelve a Bílbilis.

--¿Viene entonces ya como un escritor consagrado?

--Parece que vivió de sus ediciones, bajo una especie de patrocinio. Escribía poemas encomiásticos y aparte de publicar esos libros y ganar algo de dinero, debería tener compensaciones, regalos...

--¿Es amplia la obra de Valerio Marcial?

--Sí, son versos pequeñitos, pero son 1.500 poemas. Los editaba por libros de unos 100 poemas. Son epigramas, un poema breve, que según decían los griegos, los mejores son de dos versos. Los de Marcial oscilan entre dos y seis-ocho.

El epigrama cuenta, retrata, critica algo, pero con gracia. Marcial la tenía a raudales, era la agudeza universal. El mismo Marcial dice que sus versos se venden y había decidido hacer una poesía más de relumbrón, épica, trágica, pero que para los poderosos sin embargo no era tan respetable.

Hubiese vivido mejor pero no quiso hacerla. Marcial es famoso por la dureza de su lenguaje, por retratar abiertamente conductas sexuales...

--De inmediato pensamos en Quevedo.

--Sí, claro; Quevedo conoció perfectamente a Marcial y lo admiró e imitó dependiendo de las circunstancias. Para Quevedo, Séneca y Marcial estaban unidos porque eran españoles, igual que para Gracián.

--¿Podemos encontrar todo Marcial bien traducido?

--Por supuesto. Hay por lo menos tres traducciones de los últimos 20 años, porque hace tan sólo 50, estas traducciones se dulcificaban para evitar esas escabrosidades relacionadas con el sexo. Podemos aconsejar para el lector la de Cátedra y la de Gredos y aquí se hizo por un sacerdote, en IFC. Tiene mérito porque es sacerdote y es bastante fiel.

JOAQUIN CARBONELL