Este pájaro es de los más vistosos que visitan la península. Vienen por el mes de abril, cuando los árboles comienzan a cubrirse de hojas. Sus silbidos resaltan sobre los de las demás aves del monte o de los valles fluviales, donde se mueven y crían por gustarles la proximidad del agua y así como los árboles frondosos, donde fabrica sus nidos, que suspende de una horquilla y terminan teniendo el aspecto de haber sido tejidos, por lo que se les da también el nombre de tejedor.

Se alimenta de coleópteros, orugas, mariposas y frutos. En este mes se marchan al Africa tropical, viajando en pequeños grupos de tres o cuatro efectivos, se desplazan durante la noche y se alimentan durante el día.

Aunque es difícil de ver, lo pueden identificar rápidamente por su color amarillo dorado en los machos y el verde oliva en las hembras.

ANDRES NUÑO