En las Cinco Villas existen algunas de las sedes consistoriales con más solera de la provincia. Por citar algunos ejemplos caben destacar los de Uncastillo y Sos, la portada de este último está reproducida en la exposición del Palacio de Sástago.

El consistorio uncastillero se terminó en 1568 y, junto con el turiasonense es uno de los ejemplos más elegantes de arquitectura civil del renacimiento aragonés. Su apariencia exterior es equilibrada y soberbia, sobre todo la zona superior de la construcción, coronada con una galería de arcos de la que salen una impresionantes gárgolas de piedra. Otros elementos de la fachada que se pueden destacar son los decorativos, como los medallones adornados con un togado romano y una dama renacentistas y el escudo de la Villa flanqueado por las Virtudes Teologales.

El ayuntamiento de Sos es también de gran belleza, dada su monumentalidad, potenciada por el emplazamiento que ocupa en la plaza Mayor del municipio, respondiendo así a la costumbre constructiva de la época, la renacentista del 1595.