La comarca de las Cinco Villas, una de las más extensas de la comunidad aragonesa, posee dos principales ejes socioeconómicos. Por un lado, el Canal de las Bardenas, que proporciona agua para la poderosa y diversificada producción agraria. Por otro, la red de carreteras que discurren por la delimitación territorial, unas vías que dependen de tres instituciones: Diputación General de Aragón (DGA), Diputación Provincial de Zaragoza (DPZ) y Confederación Hidrográfica del Ebro (CHE).

Una de las peculiaridades de las comunicaciones viarias de la comarca, con 31 localidades y 32.000 habitantes -según los datos del Censo oficial del 2001, emitidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE)- es que ninguna de ellas es de titularidad estatal. Pero, aunque la red de carreteras es extensa, muchos de los municipios de las Cinco Villas reivindican una mejora en las infraestructuras viarias, sobre todo aquellos viales que unen localidades como Marracos y Longás, en este caso pertenecientes a la DPZ, y Santa Engracia y Tauste, bajo la responsabilidad de la CHE, por citar algunos ejemplos.

En otros municipios demandan la construcción de nuevas vías de comunicación con otras las comunidades autónomas vecina, como es el caso de Tauste, localidad desde la que pide una mejora en la carretera que leva hacia Tudela, pasando por Fustiñana. Una vía que "es muy estrecha y que esperando que ensanchen y mejoren antes del 2006, porque así nos lo han comunicado desde la DGA", comenta el primer edil taustano, José Luis Pola, consciente de la importancia para el desarrollo industrial y agrario.

Además, otra de las mayores preocupaciones de los alcaldes de las Cinco Villas es el arreglo de algunas de las vías, ya que en muchos casos se encuentran muy deterioradas por el uso, lo que provoca problemas en el firme de las mismas. Ejemplos de estas carencias son las carreteras que unen Sádaba y Pinsoro y Santa Engracia y Tauste, ambas de la CHE, y Santa Engracia-Fustiñana, del ayuntamiento taustano. Concretamente esta última, de 5 kilómetros de longitud, está "llena de agujeros, que obligan a los conductores casi a detenerse. Llevamos tiempo reclamando un arreglo, pero como no nos hacen caso vamos a tomar medidas extremas", comenta el alcalde de Santa Engracia, Miguel Angel Perales.

Otro representante municipal como el alcalde de Biota, Víctor Orduna, se hace eco de la necesidad de impulsar mejoras con carácter de urgencia, y apunta que "aunque localmente estamos bien comunicados, sobre todo desde que se ha hecho la carretera Biota-Malpica-Uncastillo, no estaría de más que se realizaran algunos arreglos en la A-127 (Ejea-Gallur) por la que a los problemas de pavimento en diversas zonas se une el intenso tráfico que discurre por ella, sobre todo de vehículos pesados".

Los municipios de las Altas Cinco Villas demandan también reparaciones y acondicionamiento de sus viales. Así, Longás, cuyos habitantes tienen que pasar un verdadero calvario para llegar al municipio, ya que los 5 kilómetros de entrada (desde el Corral de la Cardesa a Longás) y los 9 de salida (carretera de Santa Barbara a Huesca), se encuentran sin asfaltar. Julián Díaz, alcalde Longasino, dice que "ya no sabemos que hacer. Estamos hartos de reclamar la reparación, pero DPZ y DPH, a quienes pertenece la vía, no se ponen de acuerdo con las competencias y llevamos años esperando una solución y, dado el estado de la misma, cualquier día tendremos alguna desgracia".

Igualmente, los ediles de Marracos, José Otal, y de Ardisa, Angeles Palacio, se quejan de que "las instituciones zaragozanas y oscenses no nos hacen caso y llevamos años reclamando la construcción de 6 kilómetros de calzada, lo que nos permitiría estar comunicados con la carretera Zuera, así como con la de las Cinco Villas", comentan. La edificación de este tramo, según palabras de Otal, "nos evitaría dar una vuelta de 30 kilómetros cada vez que queremos ir hacia el norte". Además, explica la primer edil ardisana, "mientras no tengamos buenas comunicaciones no podemos impulsar el turismo, ya que la vía para llegar hasta a nuestro municipio es tan estrecha que no permite pasar un autobús, lo que obliga a dar una vuelta por Puendeluna de unos 20 kilómetros".

NURIA ASIN