Desde que a principios del siglo XX, se comienza a utilizar la electricidad, se diseñan equipos médicos que utilizan esta energía como medio diagnóstico. Hoy son todas las especialidades médicas las que utilizan como medios diagnósticos o terapéuticos equipos electrónicos. Desde los primeros equipos que empleaban la energía eléctrica como son los Electrocardiógrafos, equipos de Radiología, hasta los sofisticados ecógrafos tridimensionales o las últimas técnicas de Resonancia, ha transcurrido ya un siglo de evolución.

Ante tanta sofisticación parece que se ha perdido el ejercicio médico basado en la exploración y seguimiento del paciente. La masificación de las consultas y la falta de tiempo de los profesionales sanitarios para una correcta atención, muchas veces nos lleva a los que la ejercemos a solicitar múltiples pruebas diagnósticas. Muchas de estas pruebas suelen ser "blancas", es decir en las que no se aprecia patología alguna, pero nos es mas fácil explicarle al paciente que su dolencia carece de importancia basándonos en pruebas tangibles, que explicarle que los síntomas que presenta son banales.

Este abuso de pruebas llega a colapsar el sistema público y en muchas ocasiones los medios privados. Bien es cierto que nadie quiere equivocarse en los diagnósticos, pero deberemos, médicos y pacientes, optimizar estos recursos si no queremos que las listas de espera sigan en aumento. Cuando los pacientes nos piden un reconocimiento "completo", es deber del médico reconducir al paciente a la realización de las pruebas estrictamente necesarias, porque a pesar de la gratuidad del sistema público, existe saturación.

Hoy son tantos los tipos de análisis posibles que sería casi insuficiente la sangre de una persona para realizarlos todos en un corto periodo de tiempo. Los Scanner, Resonancias magnéticas, PET, Eco-doppler, potenciales evocados, etc... son pruebas que en realidad nos ayudan al diagnóstico, pero no son siempre imprescindibles. En muchas ocasiones basta una exploración realizada por un profesional experimentado para llegar a un diagnóstico correcto. Las pruebas complementarias sólo corroborarán este diagnóstico.