Dentro de los actos programados por el Ayuntamiento de Ejea para celebrar la Fiesta de El Voto, el 12 de enero se presentó el libro El Voto de Ejea. Una devoción cívica en el siglo XVIII, de José Luis Jericó. Con este libro el historiador ejeano cierra un círculo que empezó a trazar allá por 1995, cuando coordinó una exposición sobre la festividad de El Voto y un folleto explicativo sobre la misma. Desde entonces varias han sido las actividades que Jericó ha promovido para dar a conocer esta parte de la Historia de Ejea: conferencias, visitas guiadas, divulgación en diferentes medios de comunicación, etc. El Voto de Ejea. Una devoción cívica en el siglo XVIII es el colofón a todo este tránsito divulgador, donde Jericó ha agrupado toda la información sobre el origen y desarrollo de El Voto, pero también sobre cómo era la Ejea del siglo XVIII dentro de Aragón, y más en concreto del último tercio de esa centuria.

VISIÓN PANORÁMICA

A lo largo de más de 170 páginas y 7 capítulos, el libro pretende dar una visión panorámica sobre el contexto histórico que es el germen de esta fiesta local de Ejea de los Caballeros, nacida un 14 de enero de 1773. El texto está apoyado por documentos facsímiles, gráficas y fotografías. Varios de esos documentos y fotos es la primera vez que se muestran en una publicación, como el acta del Concejo General de la Villa del 14 de marzo de 1773 en el que se instituye la festividad de El Voto.

El libro está editado por el Ayuntamiento de Ejea de los Caballeros y el Centro de Estudios de las Cinco Villas. Así, se vuelve a reproducir la colaboración entre ambas instituciones, y el ayuntamiento ejeano también proyecta a través de su hermanamiento cultural con el centro de estudios cincovillano su colaboración con la Institución Fernando el Católico de la Diputación de Zaragoza, del que este último es filial.

EL ORIGEN

El Voto es una de las fiestas locales oficiales de Ejea. Surge en 1773 como consecuencia de una epidemia provocada por una enfermedad infectocontagiosa que azotó Ejea durante casi tres años, dejando un reguero de 342 muertes, de las cuales más de la mitad fueron niños. Para una población de unos 2.900 habitantes era mucho, y más si cabe cuando Ejea venía recuperándose lentamente del varapalo que le supuso la Guerra de Sucesión, pues en 1706 la villa fue arrasada por las tropas de Felipe V.

La tradición cuenta que el 14 de enero de 1773 los ejeanos, desesperados ante la gravedad de la enfermedad y la inoperancia de los remedios médicos y sanitarios, sacaron en procesión a la Inmaculada Concepción y que a su paso ocho enfermos sanaron, comenzando a remitir la epidemia a partir de entonces. La sociedad ejeana del último tercio del siglo XVIII interpretó este hecho como un milagro y decidió instituir un Voto, como acción de gracias por este prodigio. Y lo hizo no solo desde el plano religioso, sino también desde el civil, dictando una norma municipal por parte del ayuntamiento, que se ha cumplido desde entonces y hasta nuestros días.

Dicho Voto, muy bien documentado tanto en el Archivo Parroquial de Ejea como en el Archivo Histórico Municipal, se concretó en que desde esa fecha todos los 14 de enero serían fiesta oficial en Ejea de los Caballeros (junto al 24 de junio, festividad de San Juan), se nombraba a la Inmaculada Concepción Patrona de Ejea (distinción que comparte con San Juan y la Virgen de la Oliva), se debe celebrar ese día misa mayor y procesión, y el día precedente, el 13 de enero, los ejeanos deberían guardar ayuno.