Ejea de los Caballeros volvió a lucir sus mejores galas para recibir la tarde noche del 5 de enero a los Reyes Magos de Oriente, Melchor, Gaspar y Baltasar. Y lo hizo preparando una gran cabalgata que fue todo un espectáculo y en la que participaron 300 voluntarios coordinados por la compañía PAI y que permitieron vivir una auténtica Noche de Cuentos. De hecho, además de las tres carrozas reales, el desfile se distribuyó en cuatro bloques inspirados en los cuentos de El flautista de Hamelin, Peter Pan, Cuento de invierno y El soldadito de plomo.

Esta era la temática de la cabalgata de este año que volvió a recorrer el itinerario estrenado hace dos años y en la que tomaron parte multitud de asociaciones y entidades locales como el Club de Patinaje Cinco Villas, los Grupos de Práctica Musical y de Artes Escénicas del IES Cinco Villas, la familia Arbués y amigos, un grupo de Cofradías de Semana Santa, otro grupo de Adisciv, un grupo de Interpeñas y otro del Espacio Joven, junto a la Comparsa de Gigantes, los dulzaineros de la Escuela de Música Tradicional, la Banda de Música, el grupo de acordeones de la Escuela de Música y los Artistas del Gremio. También el Parque de Bomberos fue parte del séquito real con algunos de sus camiones que, en esta ocasión, iban cargados de regalos.

Todo ello enmarcado e impregnado de la magia y fantasía propia de esta noche en la que el teatro y la música embellecieron una cabalgata seguida por miles de ejeanos de todas las edades que salieron a la calle a experimentar el milagro de la ilusión. Además, para amenizar la espera, el Ayuntamiento de Ejea ofreció en la plaza de la Libertad una chocolatada y ricos fullatres para entrar en calor y cargarse de energía.

Tras el desfile, Melchor, Gaspar y Baltasar y sus respectivos pajes se dirigieron al ayuntamiento donde fueron recibidos por la alcaldesa, Teresa Ladrero, y el concejal de Festejos, Sergio Pérez, y saludaron a los ejeanos desde el balcón consistorial para después bajar al portal de belén viviente que la Agrupación de Cofradías de Ejea representa simbólicamente cada año y adorar al niño Jesús.Pero el momento más esperado por los pequeños llegó al final cuando estos pudieron acercarse a saludarles, darles un beso y entregarles sus cartas antes de irse a dormir y esperar los regalos. T