El barrio de La Corona de Ejea retrocedió al pasado. Sus calles se llenaron de artesanos, bufones, cetreros y soldados con el objetivo de recrear la época medieval, aquella en la que Alfonso I el Batallador paseaba por esta tierra, no hay que olvidar que en 1105 fue este rey el que dio nombre a las Cinco Villas, comarca cuya capital es actualmente el municipio ejeano.

Para recrear este momento y otros acontecimientos históricos vividos, la Asociación El Corroncho, en colaboración con el Ayuntamiento de Ejea y varias agrupaciones locales, organizó, un año más, estas jornadas históricas, que se desarrollaron los días 21 y 22 de junio. Bajo el título 'Las horas de nuestra historia', la capital cincovillesa puso por unas horas en valor "el rico patrimonio cultural que tenemos", explican desde la organización. Para llevar a cabo esta propuesta, incluida dentro de un proyecto de divulgación más amplio, llamado Hydeara, se organizó el primer certamen de escenas medievales, que es "único a nivel autonómico y nacional", puntualizan desde la organización. Gracias a él se revivieron los hechos más relevantes de la historia de Aragón, representados teatralmente con sumo rigor y en un escenario espectacular: el interior de la iglesia de Santa María de Ejea.

Fue esta representación, protagonizada por la Asociación 19 de Junio de Ejea y el grupo Teatro Navegantes, de Zaragoza, uno de los platos fuertes de esta jornada, que se desarrolló con gran éxito de participación, a pesar que en algunos momentos amenazó tormenta. La climatología dio un respiro y no llovió, lo que hizo que esta propuesta pudiera desarrollarse íntegramente por las calles, salvo la representación teatral, que fue en la iglesia.

Antes de comenzar, a media tarde, tuvo lugar otro de los momentos emblemáticos de la cita, el desfile de honor de doña Urraca y don Alfonso, con el que se conmemoraba la retirada de los caballeros de Zaragoza, hasta Ejea, acontecida en julio de 1110. El séquito partió de la plaza de Goya y ascendió por las Herrerías para tomar luego las calles del barrio de la Corona. Antes, realizaron varias paradas, ante el numeroso público que abarrotaba las calles. Una muy especial fue la que se vivió junto al depósito de agua existente en la zona, en la que esperaban al séquito unos caballeros montados a caballo, gracias a ellos, el desfile tomó mayor vistosidad.

También ayudó la presencia en escena de varios grupos de animación, como el de Fusión Oriental, llegado de Casteldefells. En el mismo varias bailarinas ataviadas con coloridos trajes fueron poniendo un punto de sensualidad al recorrido, al contornear sus figuras al ritmo de la música del grupo La Ringlera, que, entre cantos y golpes de tambor, fue animando al séquito a su paso. Así como al público asistente, quien luego participó en los bailes que organizó en la plaza del museo de la Espiral. Espacio que, para la ocasión, acogió una exposición sobre el Arzobispo Ximénez de Rada, quien también estuvo presente en las recreaciones históricas.

Igualmente, estuvieron presentes en la cita el grupo Barzonia, de Zuera, y la Coral In Lingua Franca, de Zaragoza, pero en la que cantan varias personas de Ejea. Ellos fueron los encargados de dar solemnidad al acto con sus composiciones medievales.

Y, para los más pequeños, el bufón Amadeo, de Madrid, invitó a cantar y bailar en esta fiesta callejera que terminó con una cena popular para todos los participantes.

Al día siguiente, continuaron las escenas teatrales, esta vez con la colaboración del grupo Andanzas, de Ejea, así como las demostraciones de oficios tradicionales, el mercadillo de artesanía y las charlas, como la que impartió Luis Zueco o Asunción Gil.