Becton Dickinson y Schindler abrieron sus puertas a otras empresas aragonesas esta semana para que pudieran conocer de primera mano las prácticas que les han llevado a ser merecedoras del Sello de Oro a la Excelencia, otorgado por el IAF. Con ambas jornadas finalizaron las actividades programadas en noviembre en torno a la excelencia.

En la visita a Becton Dickinson en Fraga, el director gerente del IAF, Ramón Tejedor, y técnicos de esta entidad, además de empresarios de la Comarca del Bajo Cinca, asistieron a una exposición detallada por parte de sus directivos y conocieron las distintas áreas de la fábrica. Tejedor destacó que Becton Dickinson es una de las 15 empresas aragonesas que han superado los 500 puntos en el modelo de calidad EFQM. «Queríamos que representantes de otras empresas conozcan la importancia de apostar por la excelencia empresarial. Da reputación, hace ganar en competitividad y sitúa a Aragón como una comunidad que fortalece su tejido socioeconómico», señaló.

Actualmente, esta empresa dedicada a la fabricación de jeringas y agujas hipodérmicas estériles de un solo uso trabaja en la segunda fase de una ampliación de sus instalaciones, en las que tenía previsto invertir más de 52 millones y que creará unos 50 puestos de trabajo. «Nuestra previsión es que, si ahora estamos unas 650 personas, iremos aumentando por cada una de las dos líneas de producción unos 20 empleados. Podemos estar cerca de 700 personas en los próximos tres o cuatro años», aseguró el director de la planta, Javier Pardiño.

La segunda jornada tuvo lugar en las instalaciones de Schindler. Gran parte de los ascensores instalados en España llevan impresa esta marca, una de las más experimentadas de sector. Zaragoza alberga una de sus plantas de producción más importantes, ubicada en el polígono Empresarium de La Cartuja, que forma parte de la Red de Excelencia Empresarial de Aragón, tras haber sido galardonada con el Sello de Oro.

Su director general, Javier Catalina, reveló que, debido a la crisis económica, la compañía llegó a perder casi el 90% de producción. Fue entonces cuando Schindler reforzó su cultura empresarial, cimentándola en el concepto de la «mejora continua», y adscribiéndose genéticamente a valores perfectamente definidos: la vocación por el cliente, la seguridad, la integridad, la formación y la apuesta por el futuro.

Los últimos grandes avances de la compañía llevan el apellido «digitalización». Así, Schindler ha firmado un acuerdo con General Electric y Huawei, para ofrecer un servicio telemétrico capaz de analizar a tiempo real cada uno de los procesos interventores en la actividad del ascensor o escalera mecánica de marca.T