La plataforma proreapertura de la estación de tren de Gallur no descarta movilizarse en breve para evitar el cierre de la estación como hizo en 1997. Desde este movimiento vecinal se teme que, a partir de enero, el personal que atiende la estación de la localidad sea desplazado a Luceni, quedando la de Gallur completamente desatendida.

Ante esta posibilidad, la plataforma inicia sus reivindicaciones marcando una estrategia jurídica que consiste, según el portavoz de la misma, Víctor Sentís, en "hacer hincapié en el aspecto de la seguridad". Para ello, han presentando un escrito a Fomento para que notifique a la plataforma "cuál es la situación actual del expediente en cuanto a seguridad, y el disciplinario, ante el expediente por la sentencia firme que posee la plataforma".

Además la plataforma reclamará a Renfe que incremente el número de servicio de trenes, introduciendo transporte en la franja horaria de las 14.30 horas, y que cambie los viejos trenes en servicio, que no ofrecen ningún tipo de seguridad, por "unos trenes homologados, cómodos y adecuados para los usuarios".

La plataforma también denuncia "la dejadez que Renfe tiene para cumplir las obligaciones que le corresponden", y urge al Ayuntamiento de Zaragoza para que los viajeros dispongan de "un mayor servicio y frecuencia en las líneas de autobuses para desplazarse desde la estación a los distintos puntos de la ciudad".

Por su parte, el Ayuntamiento de Gallur ha brindado a la plataforma su apoyo a nivel institucional para que a través de una buena coordinación posea el impulso político que necesite. Fuentes municipales aseguran que el ayuntamiento también quiere "movilizar a la sociedad para que la concienciación por el tema se extienda a todos".

Antonio Liz, alcalde de Gallur, mostró también su preocupación porque "eliminar el personal de la estación supondría un incremento de la falta de seguridad" y reivindicó la supresión del paso a nivel con barreras para acceder a la localidad, único paso en la línea Castejón-Zaragoza, que "no cuenta con una paso elevado".

El alcalde gallurano añadió que el ferrocarril "es un apoyo al desarrollo de los municipios, evita la despoblación rural y sirve de medio fundamental para los desplazamientos", recordando que en Gallur anualmente 40.000 viajeros utilizan esta vía.

La plataforma no descarta movilizaciones sociales en el caso de que Renfe se muestre indiferente a las pretensiones marcadas. Asimismo, ha anunciado que en enero convocará una reunión para analizar la situación.

En octubre de 1997, la compañía ferroviaria ordenó cerrar la estación de tren de Gallur, lo que originó un importante movimiento social reivindicativo. Estas protestas, junto con la interposición de un recurso contenciosos-administrativo contra Fomento, forzó a Renfe a dar una explicación del por qué del cierre. Exigían al Ministerio que analizase los hechos y sancionase a la compañía ferroviaria por una actuación que, según consideraba la plataforma, "no se ajustaba a derecho". Por su parte, en las mismas fechas el Ayuntamiento de Gallur (PSOE) gestionaba institucionalmente la reapertura de la estación, y mostró su apoyo al movimiento ciudadano. Además, el consistorio gallurano impulsó otro contencioso administrativo.

Finalmente, la plataforma ganó el contencioso, lo que obligó a Renfe a dotar de personal la terminal de trenes convirtiendo la misma en un "apeadero con personal". Además, la compañía ferroviaria tuvo que instalar distintas medidas luminosas y sonoras que avisasen de la llegada de los trenes, medidas que según la plataforma "no funcionan correctamente".