Amelia Guillén se ha jubilado tras ejercer, por vocación y profesión, de maestra durante 41 años. Explica con cariño que su carrera de profesora de parbularios comenzó en septiembre del 63 en la localidad de Brea, el curso siguiente fue enviada a Paniza, después estuvo otro curso en el colegio de Fresneda (Teruel) y más tarde fue enviada al municipio de Boquiñeni donde permaneció 11 años.

En estos 11 años conoció a su marido, vecino de Luceni, lo que le animó a presentarse a las oposiciones como profesora de párbulos de esta localidad, aprobándolas en el 77. Se quedó a vivir allí y recuerda que, "desde un principio me he sentido integrada con los vecinos, y siempre he mantenido una buena relación con todos ellos y sigo manteniéndola".

Amelia confiesa que ha cambiado mucho la educación desde sus principios hasta ahora. "La educación está cambiando constantemente, ya no solo en las formas sino también en los métodos".

Como profesora tiene muchas anécdotas que contar y estos días, con motivo de su jubilación, las tiene más presentes, pero comenta que "han sido tantos los buenos momentos que he pasado como profesora que no podría resumirlos".

Amelia ha desarrollado su vida en Luceni y allí ha formado su familia, desde que llegó hace ya 27 años, así que, tras su jubilación comenta que seguirá siendo vecina de la localidad.

El 21 de junio en Luceni se la homenajeó, para agradecerle su trabajo como profesora del lugar, en un acto organizado por el ayuntamiento local, la APA, la Asociación de Amas de Casa y sus compañeros de profesión del CRA (agrupación de escuelas de 7 pueblos vecinos, de la que ha formado parte todos estos años).

En el acontecimiento le obsequiaron con regalos de agradecimiento a su trabajo, y una emotiva recopilación de fotografías sobre su larga trayectoria. Amelia recuerda con cariño este homenaje, la asistencia al acto de alumnos suyos, presentes y pasados, y de numerosos vecinos de la que es ahora su localidad, el pueblo de Luceni.

LORENA SANCHO