El lunes 16 de diciembre, el artista alagonés Diego Vicente daba por finalizada su nueva obra en Pinseque. Se trata de un mural en el que una mujer aparece abriendo la composición por la parte izquierda, donde se pueden ver las espigas en su pelo. Y en la parte derecha, se la ve sosteniendo una de esas espigas y ofreciéndosela al espectador, en este caso a los pobladores de Pinseque, que reciben a través de ella el don de la agricultura.

Con esta obra el artista no ha querido ceñirse a la literalidad del mito, si no que se ha inspirado en los elementos más interesantes de este, y que mejor se adaptan a Pinseque. Por ello, la parte central es una reconstrucción artística de dos de los elementos principales del escudo del pueblo. La flor de lis, en este caso sustituida por lirios, devolviéndola así a su forma natural. También, los dos gallos, en este caso respaldándose el uno al otro.

Así pues, en el mural aparecen representados el mundo animal, vegetal y humano; lo divino y lo terrenal; la agricultura y la ganadería.

Como toda obra artística, está abierta a la libre interpretación. Y eso, es lo que más le gusta al creador. Así, por ejemplo, la mujer puede ser indicador de feminismo, fertilidad, belleza, energía, humanidad, valentía, fortaleza...; el trigo puede representar la agricultura, paso del nomadismo al sedentarismo, trabajo, prosperidad, alimento, tierra, raíz..., y el lirio la sensualidad, fragancia, perfección, belleza, color, pureza...; mientras que el gallo puede simbolizar el amanecer, libertad, orgullo, vigilancia... T