La comarca de la Ribera Alta del Ebro está formada por 17 pueblos que cuentan en total con más de 1.000 jóvenes. Todos ellos han dejado de dar clases de manera presencial, de ver a sus amigos y de disfrutar de las diferentes actividades que desde la comarca se les organizaba. La consejera de Juventud, Silvia Navarro, cuenta que el servicio vuelve ya «de una manera distinta, pero con más ganas que nunca». Navarro asegura que «es hora de volver para que los jóvenes interactúen con otros jóvenes de los diferentes pueblos». Además, desde la Consejería de Juventud avanzan que van a empezar a diseñar un nuevo pliego de condiciones para este servicio con la idea de poder empezar a ponerlo en marcha. Para ello, se convocará, cuando sea posible, una reunión con todos los concejales de Juventud de las distintas localidades «para ser todos partícipes y poder aportar ideas, siempre pensando en la dinamización entre los jóvenes y añadir alguna cosa distinta con mucha ilusión y con ganas».

Por su parte, la técnico de juventud de la comarca, Soledad, de la empresa Océano Atlántico, se ha reincorporado a su puesto con las pilas cargadas. Soledad ha vuelto dispuesta a llevar a los municipios la calma, la alegría y una nueva normalidad aunque sea de manera virtual. «El cambio es total, antes teníamos reuniones con los chicos para plantear actividades y hasta cenábamos juntos, ahora todo eso ha desaparecido y vamos a seguir manteniendo el contacto pero a través de las redes sociales y las videollamadas», cuenta la técnico, que asegura estar “viviendo un caos” en una situación a la que no había hecho frente nunca.

No solo se trata de entretener a este sector de la sociedad, sino que Soledad considera que han sido «de los más afectados» y que por lo tanto quiere enfocarse ahora mismo en «transmitirles calma y orientarles a un futuro». Todos ellos han sufrido un gran cambio y, sobre todo, aquellos jóvenes que se encontraban en cursos clave para dirigirse a un sitio u otro como ocurre en el último año de Educación Secundaria Obligatoria o en los cursos de Bachillerato. «Toda su realidad ha cambiado y después de haber aprobado no saben qué van a hacer al año que viene, ni cómo buscarlo ni dónde apoyarse, por lo que quiero ser el intermediario para recomendar diferentes grados y facilitarles las notas de acceso para poder orientarlos», cuenta.

Respecto a las actividades que se van a empezar a organizar de cara al verano y a los meses posteriores, la comarca es consciente de que la incertidumbre sigue y que, a pesar de aún no tener nada claro cómo va a estar la situación en unos meses, hay que adaptarse a las nuevas medidas y contar con nuevas formas de entretener a los jóvenes. «Vamos a seguir con las actividades on line, trabajando con los retos que están tan de moda ahora y plantear de otra manera actividades que hemos hecho otros años y que ahora habría que hacerlas diferentes para respetar las medidas de seguridad». Dentro del ámbito educativo, Soledad espera poder seguir con los talleres de igualdad y de apoyo a la diversidad, pero cuenta que «todo está aún en el aire».

Soledad tiene claro que los adolescentes son los que peor lo han tenido durante estos meses de confinamiento debido a que «los pequeños se adaptan muy fácil a las cosas y los adultos también tenemos muchas más vías». Por este motivo, es consciente de que es «un colectivo muy difícil» al que hay que seguir ofreciéndoles cosas para que sigan involucrados en el servicio. Una de estas ofertas que ya se está llevando a cabo es la graduación de los adolescentes que terminaban este año Bachillerato y no han podido disfrutar de ese día. «Estamos haciendo vídeos para que los profesores puedan decir unas palabras y hacer un montaje para que puedan tener una graduación aunque sea on line porque tiene que quedar registrado que ha sido un año especial y, a pesar de que sea diferente a las demás graduaciones, será, que es lo importante».

Por el momento, desde el servicio de Juventud de la comarca ya están pensando en diferentes actividades de cara al verano, donde aún no saben si habrá piscina, pero sí que tienen claro que hay que seguir manteniendo una unión, aunque sea en la distancia. Por este motivo, Soledad cuenta que han pensado en organizar Deporte con distancia social, una actividad donde los jóvenes podrán participar en yimcanas de orientación y pistas en las noches de verano. En ellas tendrán que formar una frase y enviarla por privado a través de las redes sociales para así seguir unidos en la distancia. T