El paso del tiempo acaba provocando serios y graves desperfectos en las distintas obras de arte que no mantienen la conservación adecuadamente aconsejable. La falta de dotación económica termina siendo un grave impedimento para que las tareas precisas sean efectuadas en los periodos de tiempo recomendables. Conocedor de esta circunstancia, un joven de la localidad, Miguel Agóiz, titulado en Estudios Superiores de Restauración y Conservación de Bienes Culturales, ha sido la persona encargada de realizar de forma totalmente altruista la restauración de las tallas y bienes diversos.

Así, la parroquia de Gallur ha podido recuperar las tallas de San Pedro, San Ramón Nonato, Santa Bárbara, María Magdalena, así como de distintos candelabros, un Sagrario y se ha podido recolocar la puerta original de acceso lateral derecho a la Parroquia de San Pedro.

Según expresa Agóiz, las tareas acometidas han estado propiciadas por el comienzo de la restauración de la talla de la peana de San Pedro debido a que "un vecino de la localidad, Mariano Magdalena, me encargó y aportó el material necesario para efectuar la restauración de la talla, y así tras efectuar la misma comencé, con el permiso del párroco, a realizar la restauración del resto de las tallas y piezas existentes susceptibles de llevar a cabo una restauración para su conservación".

TRABAJO INTENSO

Las intervenciones que se han llevado a cabo en cada una de las tallas han necesitado de un trabajo intenso debido a que estas se encontraban repintadas con pinturas no adecuadas, poseían partes seccionadas, o habían sido objeto de retoques no adecuados ni recomendables contrastando con la originalidad de la obra.

Así, San Pedro ha necesitado retirar distintas capas de pintura, restaurar las manos --con uno de los dedos seccionados por una tormenta, tal y como se expresa en los dichos-- además de proceder en las llaves que han debido de ser policromadas y rehechas. También se ha dotado a los ojos de la vida necesaria ante la ausencia de "visión" en uno de ellos y la eliminación de un cristal del otro.

Tras su restauración fue expuesta al público por primera vez en el altar, junto a la pila baustismal, de manera que se colocó en un pedestal realizado por Miguel Gil, quien también colaboró en la colocación de la puerta original en el acceso lateral a la Iglesia.

Respecto a la talla de San Ramón Nonato (patrono de las parturientas) que en tiempos pasados poseyó una gran devoción en la localidad, se encontraba en mejores condiciones de las previstas. A esta talla de pequeña dimensión, le ha sido retirada una capa de barniz oxidado, y ha sido necesario realizar arreglos por los desperfectos detectados en la mano (rotura), y además se ha procedido a recolocar los iconos identificativos del santo: custodia y plama.

En lo que se refiere a Santa Bárbara (abogada contra las tormentas), una talla pequeña que probablemente pudiera pertenecer al retablo desaparecido, ha necesitado una profunda restauración debido a la agresiva restauración efectuada que le había aportado gran cantidad de capas policromadas. El restaurador en este caso ha respetado los colores originales (al igual que en resto de acciones realizadas) de manera que, tal y como explica Agóiz, "si posteriormente se quisiera realizar un estudio no impidiese el objetivo previsto".

PROFESIONALIDAD

A través de un trabajo responsable, profesional y minucioso, Agóiz ha devuelto a la Iglesia el resplandor de las tallas indicadas. De esta forma las imágenes, que poseyeron en tiempos no demasiado lejanos importancia para el culto de los feligreses, vuelven a ser mostradas al culto en distintos y en los lugares más adecuados del templo.

De cara al futuro Miguel Agóiz pretende seguir colaborando con el municipio y la Parroquia restaurando la imagen de la Virgen de los Dolores.