El Servicio de Ayuda a Domicilio es un servicio social público y comunitario que presta una serie de atenciones de carácter personal, doméstico y social a los individuos y familias en su domicilio, cuando se hallen en situaciones en las que no es posible la realización de sus actividades habituales, o en situación de conflictos psicofamiliares para algunos de sus miembros con el objetivo de evitar el desarraigo en la convivencia.

Este servicio se solicita previo estudio de las necesidades, valorándose la situación a través de una escala que marca la autonomía personal.

Desde la Comarca Ribera Alta del Ebro se gestiona de manera directa en los 17 municipios tanto el Servicio de Ayuda a Domicilio complementario (comarcal), que se regula por el Reglamento de funcionamiento del SAD publicado el 19 de febrero de 2004; como el Servicio de Ayuda a Domicilio esencial (dependencia), financiado por el Instituto Aragonés de Servicios Sociales (IASS) desde el 1 de junio de 2016, siguiendo la Ley 39/2006, de 14 de diciembre, de Promoción de la Autonomía Personal y Atención a las personas en situación de Dependencia.

Actualmente el servicio es prestado por 47 auxiliares de ayuda a domicilio y 2 trabajadoras sociales. Durante el año 2020, el servicio comarcal atendió a 321 usuarios, quedando en lista de espera, a fecha 31 de diciembre, un total de 70 expedientes con 155,5 horas para atender. De la misma manera, el Servicio de Ayuda a Domicilio esencial (dependencia) atendió un total de 63 usuarios a lo largo del año, quedando también en lista de espera un total de 20 expedientes con 245 horas mensuales en lista de espera. Se constata con estas cifras un aumento de solicitudes, aún con la actual situación de crisis sanitaria.

Desde el primer momento se han seguido las recomendaciones para la prestación de los Servicios Sociales de las entidades locales, enviadas por la Sección de Coordinación Funcional del Sistema del IASS, manteniéndose el funcionamiento como servicios esenciales.

Las medidas adoptadas ante la situación de emergencia por el covid-19 no interrumpieron en ningún caso las prestaciones domiciliarias, garantizando la cobertura de necesidades básicas esenciales: higiene personal, apoyo del hogar, y tratamientos y prestaciones farmacéuticas y de alimentación. Lo que sí se hizo para evitar contagios fue reducir la prestación de horas. Dicha reducción fue consensuada con los usuarios y familiares, no dejando nunca de apoyar y supervisar a los mismos.

REFUERZO POR EL COVID

Se intensificó, siguiendo estos criterios, la prestación de servicios de compra o asimilados para evitar la salida del hogar de personas mayores o con situaciones de dependencia. Y en líneas generales se intensificaron las llamadas de control, dentro de las posibilidades, añadiendo un componente tranquilizador y de seguridad, así como detectando posibles necesidades sociales no cubiertas.

Además, Servicios Sociales ofreció y prestó un Servicio Excepcional a Domicilio durante el estado de alarma, en el que se ofrecía comprar alimentos y medicamentos y entregarlos en el domicilio, y apoyo para atención personal cuando no hubiera otros familiares que se ocuparan, dirigido a mayores de 65 años con patologías crónicas, movilidad reducida y sin red de apoyo familiar ni vecinal. Fue realizado por las profesionales de ayuda a domicilio, con 30 unidades familiares atendidas.

Desde el primer momento, la comarca dispuso para sus trabajadoras equipos de protección adecuados y suficientes. Tanto el sistema de Salud como el IASS enviaron numerosa normativa, además de una Guía de Actuación frente al Covid-19 para los profesionales sanitarios y sociosanitarios. Y de manera complementaria, la gerencia del IASS ofreció un servicio telefónico de apoyo emocional para trabajadores de los servicios sociales, atendido por psicólogas de su plantilla.

En los supuestos en que los usuarios presentan infección por covid- 19, y con una previa valoración de la trabajadora social y la directora de la comarca, han sido atendidos manteniéndose la cobertura de necesidades básicas, pudiendo reducirse las tareas que puedan ser cubiertas con garantías por la red de apoyo familiar. Es una obligación seguir atendiendo a personas aunque sean positivas, si estas así lo requieren o no tienen red de apoyo, ya que las circunstancias y situaciones que se dan son ilimitadas, atendiendo como servicios esenciales que son, declarados en la legislación, al igual que otros ámbitos como el sanitario, residencias, etc.

En el caso de que sea necesario prestar el servicio, se aplica un protocolo de actuación en el que se entregan unos Equipos de Protección Individual Especializados, formados por buzos, calzas, mascarillas FPP2, guantes de nitrilo, pantalla facial y gel desinfectante. Y aunque la explicación es verbal por parte de la responsable del servicio, se adjunta siempre por escrito con las imágenes para la mejor comprensión de la trabajadora, incluyendo también información para el tratamiento y recogida de residuos en domicilios con personas con covid, limpieza, medidas de prevención, etc, tanto las recomendaciones del documento técnico del Ministerio de Sanidad y Gobierno de España, como las recomendaciones de Presidencia del Gobierno central, el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico y la Federación Española de Municipios y Provincias.

Todas las auxiliares prestan extremada auto-observación a su estado de salud (toma de temperatura diaria y observación de sintomatología compatible con covid-19), y de las personas atendidas, absteniéndose de acudir a trabajar en el caso de aparición de síntomas. Y en el momento en que se detecta algo así, la profesional es derivada al centro de salud, poniéndose en contacto con el personal médico, que es quién valora la realización de pruebas diagnósticas y el aislamiento domiciliario de la trabajadora. En el caso de que fuera positiva, y previa autorización, se avisa telefónicamente a los usuarios de su cuadrante de trabajo para informar con la mayor agilidad posible de la situación. Y se recomienda a éstos y a sus familiares para que consulten con su médico de cabecera.

En el caso de atención de casos infectados con aislamiento domiciliario o sospecha, se cumplieron y cumplen escrupulosamente las recomendaciones generales indicadas por Sanidad para la protección de las trabajadoras, así como las recomendaciones de los Servicios de Prevención de Riesgos Laborables, que en el caso de la comarca son garantizados por MAZ Prevención, y por el plan de contingencia frente al covid-19.

Este plan incorpora todas las medidas preventivas, técnicas y organizativas que la Comarca Ribera Alta del Ebro ha aplicado, siendo un documento dinámico, es decir, que va adaptándose en función de la evolución de los acontecimientos, y que en el caso de las auxiliares de ayuda a domicilio marca una serie de protocolos y serigrafías con la explicación de uso de guantes; como poner y quitar los EPIS, colocación de mascarilla, etc. También se creó una Comisión de Seguimiento cuya función era llevar a cabo un análisis permanente de la situación, centralizar la información y coordinar la implantación de las medidas necesarias para evitar y controlar eventuales contagios. Además en septiembre del 2020 se instauró como obligatorio en este personal el uso de mascarillas FPP2 durante la estancia en los domicilios, que son las que ofrecen mayor seguridad tanto a profesionales como a usuarios.

Ante la aparición de caso probable o confirmado se actúa con normalidad y garantizando la confidencialidad de datos personales cumpliendo con el Reglamento Europeo de Protección de Datos 2016/679 (RGPD), por no incurrir en delito, y respecto al entorno para evitar comportamientos aversivos o estigmatizadores.

MÁXIMA PROTECCIÓN

En cuanto a la normativa y protocolos a seguir desde Servicios Sociales se siguen todos los establecidos, pero con especial hincapié los siguientes, ya que están dirigidos al Servicio de Ayuda a Domicilio.

Se trata del protocolo de actuación de los departamentos de Sanidad y de Ciudadanía y Derechos Sociales del Gobierno de Aragón para la identificación y derivación a dispositivos especiales de casos de pacientes confirmados, posibles o probables de covid-19 (Documento técnico de recomendaciones. Ministerio de Asuntos Sociales y Agenda 2030. Marzo de 2020).

También medidas dirigidas al Servicio de Ayuda a Domicilio para la atención del paciente confirmado de covid-19 (Dirección General de Salud Pública).

Además, el Plan de Contingencia frente al covid-19 de la MAZ. (Febrero de 2020).

La Orden SAN/330/2020, de 17 de abril, sobre medidas de prevención de contagio por coronavirus en el ámbito domiciliario, remarcándose la obligación de comunicación de riesgo por parte de los usuarios que recibían el servicio; y la orden SND/422/2020, de 19 de mayo, por la que se regulan las condiciones para el uso obligatorio de mascarilla durante la situación de crisis sanitaria ocasionada por el covid-19.

Y a raíz de esta última orden, desde la comarca entró en vigor la obligatoriedad del uso de mascarilla del usuario, personas convivientes y no convivientes que confluyan en el domicilio, durante el horario de prestación del servicio, para aumentar la protección tanto de las trabajadoras como del resto de usuarios a los que acude.

Al ver que en algunos domicilios tanto usuarios como personas convivientes de los mismos no llevaban mascarilla durante la prestación del servicio se envió una carta el 1 de octubre. En ella se informó de la obligatoriedad de llevar la mascarilla durante el servicio de todas las personas que permanecieran en el mismo, exceptuando los casos que contempla dicha orden, y siempre con la única finalidad de proteger a los beneficiarios del servicio y a las profesionales, evitando así la transmisión en el resto de domicilios.

Y para contar con más seguridad en el servicio, se encargó a la empresa de prevención de la comarca la realización del test Elisa a las auxiliares de ayuda a domicilio; un tipo de prueba serológica que permite conocer si la auxiliar presenta anticuerpos, habiendo podido pasar la enfermedad o estar desarrollándola en ese momento. Se realizó de manera voluntaria en mayo, antes de que comenzara la desescalada y el desconfinamiento de la población en general, sumándose a una nueva medida preventiva y de seguridad para el servicio.

A modo de conclusión, hay que resaltar que no han existido contagios dentro del Servicio de Ayuda a Domicilio, lo cual confirma las buenas medidas que se han tomado tanto por parte de la comarca como por parte de las profesionales, lográndose una baja transmisibilidad en el mismo. Sí que han existido bajas médicas causadas por cuarentenas preventivas y siempre siguiendo indicaciones del Sistema Sanitario. Además, la Comarca Ribera Alta del Ebro ha insistido y trabajado para que el personal de Servicios Sociales se tuviera en cuenta en los grupos prioritarios de vacunación, como colectivo declarado como esencial. Tan sólo se ha conseguido que una parte del sistema, como son las profesionales del SAD y después de más de un mes, estén comenzando a ser vacunadas por el Sistema de Salud Público, aunque teniéndose que desplazar a Zaragoza. Esto aportará una nueva medida de protección, beneficiando tanto a las profesionales como a los usuarios. T