Una vez más, y siguiendo la tradición que se inició hace 14 años, los vecinos de Alborge dieron la bienvenida al 2004 todos juntos, después de disfrutar de la cena que las diferentes asociaciones con que cuenta la localidad prepararon en las dependencias del Molino.

En esta ocasión, se dieron cita en la última cena del 2003 en torno a setenta comensales, entre niños y mayores. El menú escogido para este año incluía un apartado especial para los más pequeños. La preparación de todos los platos, larga y laboriosa, así como la colocación de tableros, sillas y demás elementos para adecuar la enorme sala del Molino a esta ocasión, corrió exclusivamente a cargo de diversos grupos de voluntarios que trabajan desde bien temprano hasta última hora del día 31 de diciembre.

Y una vez terminada la cena e incluso consumidas las doce uvas de rigor, la fiesta se prolongó, como es habitual, hasta altas horas de la madrugada.

La iniciativa de organizar una velada para que todos los alborginos celebren esta fecha tan señalada como una gran familia, surgió con el deseo de que los habitantes más veteranos no tuvieran que festejar la ocasión solos, como era frecuente en años anteriores. Desde su instauración es considerada una de las celebraciones más entrañables.