Según los descubrimientos realizados por los expertos que han trabajado en el yacimiento arqueológico, la ciudad edificada por los romanos que ocupó el actual paraje de "La Cabañeta", en el Burgo de Ebro, fue edificada en el siglo II antes de Cristo, y desapareció en torno al año setenta también antes del nacimiento de Cristo.

En aquel entonces Roma, regida por un régimen republicano, se había asentado definitivamente en la Península Ibérica y el proceso de romanización de este territorio se extendía imparable. A lo largo y ancho de España y Portugal los conquistadores establecían campamentos y fundaban ciudades sobre los que asegurar su poder. En el caso del valle medio del Ebro estas poblaciones se situaban sobre antiguas urbes indígenas a las que se dotaba de infraestructuras típicamente romanas, o se construían de nueva planta, con un aspecto completamente romano, también para asentar a la población nativa y asegurarse su fidelidad.

Pero el estudio de los últimos restos aparecidos en "La Cabañeta" ha llevado a sus descubridores, los arqueólogos Antonio Ferreruela y José Antonio Mínguez, a deducir que éste no era el caso. Según sus hipótesis la ciudad estaba ocupada mayoritariamente por una población latina, esto es originarios de la Península Itálica, y por tanto destinada a desempeñar un papel capital en el control de todo el territorio. El hallazgo clave que ha permitido llegar a estas conclusiones es una inscripción hecha sobre un suelo duro a partir de teselas blancas, compuesta por cuatro líneas incompletas de cuya fragmentada traducción se deduce que el edificio que había sobre la misma era un almacén o horreum, que servía para almacenar mercancías, compuesto por varias estancias alguna de las cuales también pudo usarse como cocina, y que fue sede además para una corporación cuya actividad se desconoce, pero de la que puede saberse, por los datos onomásticos de la inscripción, que estaba formada por inmigrantes itálicos.

No es éste el único descubrimiento excepcional que, hasta la fecha, ha dado "La Cabañeta", también han sido evaluadas como de enorme importancia sus termas, consideradas únicas por su gran antigüedad, según los expertos, construcciones de la época, tamaño y con el estado de conservación de las de El Burgo, no han aparecido en ningún lugar del mundo.

Por otra parte el tamaño y la planta del centro urbano hace pensar a los especialistas que la ciudad pudo ser en sus orígenes un campamento militar, y de la antigüedad que se le atribuye a este, coincide con la denominada "Castra Aelia", población de la que se tenían vagas noticias y cuya ubicación se desconoce hasta la fecha.

Junto a estos restos extraordinarios, han aparecido otros muchos igualmente valiosos pero más comunes tales como cerámicas, anzuelos, muebles, juguetes etc... que nos hablan de un modo de vida muy similar al nuestro.

En cuanto a la desaparición de la ciudad, los expertos también tienen respuesta para la cuestión que la motivo, así según el estudio de los restos la urbe fue destruida de forma violenta, un repaso a la historia sitúa en esa época el desarrollo en la Península de las denominadas "guerras sertorianas", en las que el caudillo Sertorio, guerrero al que la tradición atribuye gran capacidad militar y valor, se enfrentó al dictador Sila en una larga sucesión de batallas que sólo terminarían con el asesinato del primero, de hecho una vez ya muerto el segundo. La ciudad de La Cabañeta quizá siguió la suerte del perdedor y por su apoyo a la causa rebelde fue destruida.

Quedan todavía muchas dudas por resolver, saber cuántos habitantes pudo llegar a tener esta ciudad, qué nuevos descubrimientos esconde, confirmar que se trata de "Castra Aelia" etc..., pero para desvelar todas estas incógnitas habrá que esperar a que se destine una nueva partida presupuestaria que permita reemprender las excavaciones, actualmente detenidas.

G. ABADIA