La vuelta a las aulas de este año ha tenido para los niños de El Burgo el aliciente de estrenar su nuevo colegio. El edificio, cumpliendo con los plazos establecidos, estaba a punto para recibir a los escolares el pasado 9 de septiembre, y si la ilusión de los pequeños y del equipo de profesores era grande, no era menor la satisfacción del Ayuntamiento de El Burgo que ha visto finalizado uno de sus proyectos más esperados en los últimos años.

Para el director del María Moliner, el nuevo centro escolar es la respuesta a una situación problemática que en el antiguo edificio se arrastraba desde hacía más de cinco años: "llevábamos todo ese tiempo en una especie de situación de espera, primero se tuvo que derribar parte del viejo edificio, se tuvo que habilitar aulas prefabricadas y finalmente hemos conseguido el nuevo colegio".

La primera consecuencia positiva de disponer de la reciente construcción es que la escuela puede centralizar todos los servicios extraescolares de modo que "los alumnos no tienen que desplazarse por la localidad para acceder a ellos. Por ejemplo, el comedor escolar se abrió hace dos años con cinco usuarios, y hasta el curso pasado estaba situado en el pabellón polideportivo, hoy disponemos de unas magnificas instalaciones para este fin y cómo además se ha incluido en el programa de comedores escolares de la DGA el número de niños que lo usan ha aumentado hasta veintisiete".La nueva construcción facilita también la apertura fuera de horarios tanto a primera hora de la mañana como una vez terminadas las clases, lo que permite realizar actividades. "Queremos sacar el máximo partido a las instalaciones, desde las ocho de la mañana hasta las seis de la tarde, el centro estará abierto a los niños todos los días lectivos del año".En cuanto a la distribución del edificio, el colegio cuenta con dos pisos. En la planta baja se distribuyen los despachos, salas de profesores, tutoría, comedor, sala de informática y las tres aulas de infantil, y en la segunda las clases de primaria, un nuevo despacho de tutoría y la biblioteca. Por otra parte, el ayuntamiento dispone de terreno en abundancia en la zona de edificación, de forma que si el municipio sigue creciendo y se necesitan ampliaciones será fácil llevarlas a cabo.Todas estas ventajas alejan del María Moliner de El Burgo el peligro de pérdida de alumnos al que parecía abocado hace unos años debido a la precariedad de las instalaciones y a la cercanía de Zaragoza.Nuevos maestrosMientras, en Quinto este año seis de los profesores del colegio Fernando el Católico se han trasladado a diversos destinos, por lo que en el nuevo curso su plantilla se ha renovado con otros tantos docentes. Además, la jubilación el pasado mes de junio de Dolores Génova, su directora durante quince años, ha supuesto también que este año se incorpore a la tarea de dirigir la escuela una nueva rectora, Carmen Génova, para quien estos cambios no suponen de hecho una variación en los objetivos y el trabajo realizado en el centro hasta la fecha.Al Fernando el Católico acuden cada día 165 niños con edades comprendidas entre los 3 y los 12 años. El edificio que alberga las aulas tiene muchos años, pero eso no es ninguna desventaja para su directora.

"Queremos sacar el máximo partido a las instalaciones, desde las ocho de la mañana hasta las seis de la tarde, el centro estará abierto a los niños todos los días lectivos del año"

Nuevos maestros

"Las instalaciones están bien conservadas y la construcción antigua hace que el colegio guarde bien el calor en invierno y sea fresco en verano"