Con la apertura en diciembre de su nueva zapatería en Pina de Ebro, Cristian Lezar recoge el testigo de un oficio que, en los últimos años parecía destinado a desaparecer.

Fue precisamente al comprobar que en la mayoría de los pueblos cercanos no existía este servicio cuando se animó a emprender este negocio. "No trabajo únicamente en Pina, sino que en diferentes tiendas por toda la comarca, además de Alfajarín y San Juan de Mozarrifar, recogen zapatos para que yo los repare", explica. Y es que, según reconoce, a pesar de que hoy día está muy extendida la mentalidad de consumir y tirar, "lo cierto es que este es un servicio que aún se demanda".

Tras aprender durante meses las técnicas y secretos del oficio en una zapatería de Zaragoza, este comercio situado en la avenida de Goya tiene poco que ver con los negocios de los zapateros de antaño.

Potentes máquinas hacen más fáciles las variadas tareas que se llevan a cabo en su taller, en donde además de reparar zapatos también arregla cremalleras de mochilas o bolsos, afila cuchillos y tijeras y realiza duplicados de cualquier tipo de llave.

Sólo una máquina de coser impulsada con pedal que ocupa uno de los rincones tiene el aspecto de antigua. "Es una máquina con más de sesenta años que adquirí después de mucho buscar en Barcelona, este aparato es de los que usaban tradicionalmente los zapateros para coser diversos materiales, y yo lo compré para seguir usándolo, porque por sus características, con un brazo delgado que permite acoplar zapatos, un cabezal que puede coser en todas las direcciones y una aguja de gran dureza para usar con materiales duros, es ideal para este trabajo".

Con la experiencia que ha adquirido en estos tres meses al frente de su negocio, Cristian asegura que los servicios más solicitados son "las reparaciones tradicionales como el arreglo o cambio de tapas, el uso de la horma y el duplicado de llaves".

En cuanto al tipo de público que visita su comercio apunta que aunque "para arreglar suelen venir más personas mayores también hay muchos jóvenes que se acercan para comprar cordones de colores, productos para la limpieza del calzado, o incluso navajas, de las cuales tengo un buen muestrario".