Por segundo año consecutivo, Marita Laga, psicóloga de la comarca Ribera Baja del Ebro, impartió entre los meses de octubre y junio su "Escuela de Padres". En esta ocasión las clases fueron para dos grupos, uno de Fuentes financiado por su Ayuntamiento y por el Instituto Aragonés del Servicios Sociales y promovido por su educadora social, y otro del APA del colegio Santa María de la Esperanza de Pina.

Lo que los padres, o mejor madres puesto que la proporción de participación masculina se redujo a un único representante, querían al apuntarse a este curso era "recibir una orientación con la que afrontar las situaciones cotidianas o los problemas puntuales que pueden presentarse a la hora de educar a nuestros hijos". En resumen, aprender a ser mejores padres porque hoy en día a la hora de criar y educar a un niño no existen los problemas de falta de recursos que había antes, pero a cambio han aparecido nuevos y preocupantes dificultades ante las que los padres no siempre saben como actuar.

Tal y como explican las participante en la Escuela, "las madres de antes con procurar llegar a fin de mes o asegurarse que no les faltaran zapatos y ropa a sus niños ya tenían bastante, hoy todas estas necesidades están cubiertas, incluso en exceso, pero tenemos otras preocupaciones, la falta de tiempo para dedicarles, la necesidad de asegurarnos que reciben unos valores humanos de los que la sociedad en general anda tan escasa, la preocupación por los peligros que acechan a los jóvenes son nuevas situaciones a las que tenemos que enfrentarnos".

El objetivo de Marita Laga con este curso no era simplemente impartir una clase al uso. En las sesiones se pretendía, sobre todo, fomentar el intercambio de opiniones y experiencias de las propias madres, mujeres con hijos de todas las edades y amas de casa que compatibilizan o no estas tareas con el trabajo fuera de casa.

En la última sesión celebrada en las instalaciones de la Escuela de Adultos de Fuentes, y dedicada a compartir un café y una charla entre las participantes de ambas localidades, el balance de la experiencia de estos meses da un resultado muy positivo, a la hora de citar alguna de las técnicas o "trucos" aprendidos las participantes explican que son "cosas sencillas, por ejemplo darse cuenta de que no hay que dar tanta importancia a corregir los defectos, es mejor fijarse en lo positivo y alabar lo que saben hacer bien, eso les motiva para mejorar, y es que en realidad eso nos ocurre un poco a todos, la convivencia en general es mejor si nos esforzamos por potenciar lo bueno".

GLORIA ABADIA