El mes de marzo del 2004 será recordado en Fuentes de Ebro como uno de los más tristes de su historia, pues en el breve espacio de diez días dos familias del municipio sufrieron durísimos reveses, ante los cuales los habitantes de la localidad reaccionaron mostrando a sus vecinos todo su cariño, apoyo y solidaridad.

El primero de estos infortunios tuvo lugar el ya desgraciadamente famoso once de marzo. Si todos los pueblos de la Comarca se sobrecogieron ante los atentados perpetrados en este día al igual que toda sociedad española, en Fuentes el dolor fue especialmente intenso, puesto que, entre los fallecidos, se encontraba el marido de una joven natural de su localidad.

Al igual que otros muchos lugares de España, Fuentes convocó para el día 12 de marzo una manifestación pacífica en la que los numerosos participantes guardaron diez minutos de silencio. Los actos de solidaridad se prolongaron hasta el martes siguiente, fecha en que se celebró una misa en la Iglesia parroquial, dedicada a la memoria de todas las víctimas de los atentados, y muy especialmente a la de su convecino de adopción.

No fue sólo este municipio de la Ribera Baja del Ebro el único que quiso mostrar su repulsa por los acontecimientos ocurridos en la capital española. En Velilla de Ebro se convocó una concentración al día siguiente de los atentados frente a la Casa Consistorial donde se dieron cita niños, adultos, vecinos y comerciantes. La misma escena se vivió en Mediana, donde niños y adultos salieron a la calle para mostrar su repulsa ante estos hechos.

Violencia doméstica

El sábado siguiente tuvo lugar el segundo trágico suceso: el asesinato de dos vecinas de la localidad, madre e hija, a manos del ex-compañero de la segunda, además del ingreso en hospital de una niña herida en el mismo incidente, hija y hermana de las fallecidas respectivamente.

La desgracia de esta familia conmocionó a toda la población y el consistorio municipal reaccionó rápidamente dividiéndose para atender en todo lo preciso a los servicios médicos y policiales. La alcaldesa, que se encontraba en Albacete, regresó a Fuentes en pocas horas, para, en sesión extraordinaria condenar la terrible agresión y ofrecer su ayuda moral y económica a la familia afectada en las medidas judiciales que decidan emprender.

Posteriormente multitud de vecinos abarrotaron la iglesia el domingo siguiente, día 21 de marzo, fecha de los los entierros de las víctimas, para expresar su dolor y manifestar su apoyo a los familiares de las fallecidas. Toda la población de la localidad manifestó su solidaridad con los familiares de las víctimas de este suceso, un ejemplo más de la violencia de género. La directora del Instituto Aragonés de la Mujer, Elena Allué, acudió a Fuentes para mostrar el rechazo de las instituciones ante el suceso.

GLORIA ABADIA