Tras siete días de feliz estancia en Roma, bella, grande, monumental, plena de cultura, historia, arte y centro del cristianismo, regresé al hogar el sábado tres, víspera del Domingo de Ramos, comienzo de la Semana Santa, de recogimiento y tranquilidad, con actos y pasos religiosos, que se narran en crónica a parte.

Al terminar, decido hacer viaje a Zaragoza, para ver en el Palafox "La Pasión de Cristo" película de Mel Gibson, espléndida, cruda y sobrecogedora, creo que deben verla tanto los creyentes como los agnósticos.

Por otro lado, recogiendo algunas noticias, me llenaron de inquietud, dado el contenido de las mismas, estimo que son el colmo de mayor estupidez, el querer suprimir las corridas de toros en Barcelona, y por añadidura en el resto de las plazas catalanas. Y conste que yo no soy defensor de la tauromaquia pero hay que tener en cuenta que la fiesta taurina es algo establecido de siglos, que además mueve una regla tan elemental, tan cierta como la economía empresarial, y arrastra masas de gentes, así como aporta el trabajo a empleados, subalternos y a los que practican el llamado arte de Cúchares.

La siguiente se refiere a la matanza de focas en Canadá. La verdad que, según estimaciones, la reproducción de estos mamíferos marinos es muy elevada, rebasa los límites de lo que se denomina equilibrio ecológico. Razón para que el gobierno canadiense, en su derecho, haya autorizado la caza o captura, en cantidad tal, cuya cifra se eleva a trescientas cincuenta mil piezas de estos pinmípedos, de los que suele aprovecharse su piel y su grasa. Pues bien, colectivos de tendencia ecologista y otros vivos de pesebre, ponen el grito en el cielo, alegando que es una salvajada. Conste que siento un gran respeto y quiero a los animales, pero en este caso concreto no comparto la opinión de estos arrivistas.

Menos mal que a nivel comarcal hay una buena noticia, se relaciona con el acuerdo que establece la celebración del Día de la Comarca Ribera Baja del Ebro, que tendrá lugar a mitad de junio en Pina, población acogedora y simpática, con su gran plaza que admiro. La participación está asegurada de la misma manera que ocurría cuando la Mancomunidad Meandros, hoy integrada en la comarca, estaba en vigor. Un acontecimiento digno para conocernos mejor y estrechar lazos de amistad y leal convivencia.

VICTOR SARIÑENA

Cronista oficial de Sástago