El alcaudón real "Lanius excubitor" es un ave muy especial que mucha gente nunca a tenido ocasión de observar. Se trata de un pájaro del tamaño de un estornino, con el plumaje tricolor: blanco, gris claro y negro, machos y hembras son muy parecidos. De las cinco especies que hay en Europa, por esta zona yo solo he podido observar dos clases, el alcaudón común "Lanius senator" que es migrador, y el Real, que al ser sedentario lo podemos ver todo el año, de este último tuve la gran suerte de encontrarle el nido cuando lo estaban haciendo y pude seguirle paso a paso su puesta de cinco huevos, su posterior incubación, unos dieciocho días y sacar a delante sus cinco polluelos.

El alcaudón un depredador que carece de las armas de los depredadores, sus patas son frágiles como las de un gorrión y su pico no es curvado, caza insectos y ratones, estos los ensarta en las espinas de varias especies de arbustos para despedazarlos, si observamos algún ratón ensartado por algún alcaudón en estas despensas, veremos que siempre los clavan por la piel del cuello, que estirando con destreza les arranca la cabeza y se la traga.

Su dieta es muy variada, ratones, lagartijas, topillos, come toda clase de insectos, grillos, chicharras y amantis religiosa, prohibida para cualquier pájaro insectívoro. La presa favorita del alcaudón es el alacrán, pocos pájaros se atreven con esta presa, este guerrero con el corazón de león, cuando se lanza sobre el alacrán lo hace con una técnica increíble, lo primero que hace es partirle la cola así evita que le inyecte su potente veneno.

Este depredador que no caza a larga distancia, tiene su propia estrategia para cazar, imita perfectamente la voz de canto de cualquier pájaro, según los ornitólogos esta voz de canto quiere decir (tranquilos que aquí todo esta en orden, no pasa nada), esto hace que les atraiga hacia sus posaderos saltando sobre el pájaro que ha sido engañado por su canto imitador. Los jilgueros suelen ser los más traicionados.

Pero no todo son presas para el alcaudón, hay también cazadores para él, uno de ellos es el gavilán. La naturaleza, un eterno ciclo, comer y ser comidos. Quizás emplee este método para que no haya demasiados alcaudones y demasiados pocos pajarillos.

Si conocemos mejor cualquier especie, quizás los protejamos con mayor eficacia. Considero que no existe cosa más bella y excitante que el contemplar a las especies animales en su hábitat natural, siendo testigo de su nacimiento y desarrollo.

JAVIER GONZALVO ABADIA