Los galachos de la Alfranca, que se formaron a partir de 1956, son un conjunto único en Aragón de tipo cultural y natural. El valor de esta reserva, con sus casi 800 hectáreas, es que se ha mantenido en su estado natural los paisajes originarios del río.

El 6 de junio, en la Reserva Natural de los Galachos de la Alfranca, la Cartuja y el Burgo se celebro el día Mundial del Medio Ambiente. Los allí presentes pudimos ver y disfrutar de diversas actividades dirigidas a grandes y pequeños, desde la observación de anfibios y reptiles autóctonos, como los galápagos europeos o comunes y el leproso a especies exóticas introducidas como el galápago de Florida, el anillamiento de pollos de cigüeñas, y la cría en cautividad de tritones autóctonos o los paseos guiados por la Reserva Natural de los Galachos de la Alfranca.

Se empezó visitando la restauración de la finca de la Alfranca, la recuperación de estos edificios se ha basado en restaurar las fachadas y rehacer unos interiores ruinosos para adecuarlos a sus futuras funciones, estos tres centros pilares del complejos son: el palacete de los marqueses de Ayerbe (Casa Palafox) edificio neoclásico del siglo XVIII. El Convento de San Vicente de Paúl, que disponía de iglesia, claustro, celdas para los monjes, las celdas sirvieron de vivienda temporal a los primeros colonos de la Alfranca y la iglesia mantuvo el culto religioso hasta 1980. Y las caballerizas, que les sirvió para albergar sus monturas y diversos carruajes con los que se trasladaban a Zaragoza, o a visitar sus tierras. Todo este conjunto y su destino futuro será convertirse en lo que se denominara el Centro Medio Ambiental de Aragón, lugar dedicado a exposiciones y asuntos relacionados con el medio ambiente

Y por último un paseo guiado por la Reserva Natural de los Galachos de la Alfranca. Pudimos contemplar los bosques de ribera o "sotos". El arbolado se caracteriza por la presencia de especies como el álamo, chopo, sauce, olmo y fresno, más alejado del cauce nos adentramos hacia zonas de aguas más estancadas, como las de los galachos, colonizados por los carrizales, que son áreas de gran importancia para la cría e invernada de muchas especies de aves. El de la Alfranca es considerado como el carrizal más extenso de Aragón con sus 15 hectáreas. En él se encuentran una numerosa colonia de garzas compuestas por martinetes, garcillas boyeras y garcetas comunes, también nidifican la garza imperial, el avetorillo, fochas y patos, estos carrizales son bastantes seguros para animales ligados al agua, en ellos poder alimentarse esconderse y hacer sus nidos. En estos carrizales todas estas aves pueden criar sin que los depredadores los vean.

JAVIER GONZALVO