El consejero de Agricultura y Alimentación del Gobierno aragonés, Gonzalo Arguilé, visitó el pasado 27 de febrero Ricla para conocer el resultado de las obras de modernización de la acequia, una actuación que, según afirmó, permitirá mejorar el riego en más de 400 hectáreas de cultivos.

Por el momento se ha realizado la reforma de un tramo con unos 2,5 kilómetros de extensión. La ejecución de estas obras se ha realizado en dos fases, una primera que finalizó en la primavera del año 2003, cuando empezaba la campaña de riego, y una segunda acabada recientemente.

La primera fase era la más complicada y, aunque en un principio se pensó realizar unos 800 metros de longitud, finalmente se actuó en 1, 2 kilómetros. La dificultad de esta actuación estaba en desarrollar todo el proceso de modernización de la acequia en un tramo que se correspondía con el casco urbano. Los accesos hasta este canal de riego para desarrollar los trabajos y para acercar el material dificultaron notablemente el proceso, tanto que, en algunas ocasiones, se tuvo que utilizar una pluma para "esquivar" las viviendas.

Esta primera fase se paralizó cuando llegó la época de empezar a regar porque para ejecutar estas obras es necesario cortar el agua. El desarrollo de la segunda fase también ha cumplido este mismo calendario.

Los trabajos han sido ejecutados por la empresa pública SIRASA (Sociedad de Infraestructuras Rurales Aragonesas S.A.) y han contado con un presupuesto de 1,5 millones de euros. Los regantes de Ricla han recibido una ayuda pública del Ejecutivo autónomo de casi un millón de euros (946.000 euros), una subvención incluida en los planes de mejora de regadío porque este tipo de actuaciones responden a un mejor aprovechamiento del agua. "Ha sido una obra muy demandada por los regantes de Ricla, por lo que hemos concedido la máxima subvención posible", explicaba al respecto el consejero.

Los responsables del proyecto explicaban que los regantes de Ricla llevaban ya unos ocho años pensando en la modernización de la acequia y que fue, finalmente, hace dos años cuando se aprobó su solicitud. El proceso consiste en cubrir todo el vaso de la acequia con hormigón y otros materiales para evitar las pérdidas de agua. Además se han realizado 119 tomas de riego directas a campo, se han demolido y reconstruido seis pasos sobre la acequia y se ha vallado la instalación con el fin de evitar accidentes y vertidos al cauce. La malla metálica tiene 1,5 metros de altura y se ha instalado en la zona próxima al casco urbano y desde el cruce con la A-121 hasta el final de la obra.

C. V.