El 24 de mayo se produjo el anillamiento de las cigüeñas que pueblan los tejados de la iglesia y el Castillo de Calatorao por parte de Santiago Osacar y Tomás Andrés, del Grupo Aragón de Anillamiento Científico, y de José Antonio Pinzolas, Eva Blesa, María Ibáñez y Juan Luis Fernandez de ANSAR (Asociación Naturalista de Aragón).

Al final se anillaron 31 cigüeñatos y se dejaron de anillar nueve por su pequeño tamaño, pero es posible que la colonia aumente porque todavía quedaban tres huevos por eclosionar.

El anillamiento llamó la atención de niños y vecinos que se acercaron a la plaza del Castillo para presenciar el proceso.

RECOLOCACIÓN DE NIDOS

La proliferación de nidos ha originado daños tanto en el tejado del Castillo como de la Iglesia. La construcción de los mismos coincide en la mayoría de los casos en la zonas de evacuación de agua del tejado, lo que provoca goteras y daños en la estructura del mismo. La saturación de nidos es tan alta que han construido incluso en tejados de viviendas particulares y en una torre de alta de tensión.

Calatorao desde mitad del siglo pasado ha tenido un nido en la torre de la vieja alcoholera. Las cigüeñas han formado parte de su paisaje. En esta ocasión la presencia de las cigüeñas se ha desbordado y desde la Parroquia de San Bartolomé y el Ayuntamiento se han iniciado las gestiones para evitar daños mayores. Para ello han puesto en conocimiento del Inaga la intención de construir en la orilla del Río Jalón, en un lugar muy próximo al casco urbano, una torre adaptada que permita el traslado de los nidos y crear así una colonia permanente en un entorno adecuado que no cause daños en los edificios. Para ello cuentan con colaboración de un empresario de la localidad (Garnasa) que ha cedido una grúa que se transformará adecuadamente para la colocación de los nidos.

El Inaga ha autorizado el traslado de los nidos una vez que las cigüeñas terminen el periodo de cría.