El Justicia de Aragón, Fernando García Vicente, visitó a finales de febrero el CEIP Ramón y Cajal de Alpartir para conocer el día a día de este innovador centro educativo al que se refirió como “un colegio que marca la diferencia”. Según palabras de García Vicente, «hay escuelas promotoras de cambios, que acaban por implicar a toda la comunidad en la que nacen. Todo eso y mucho más representa el colegio Público de Alpartir. Tras diez años continuados de proyecto educativo innovador, con el niño como centro de todas las decisiones y el apoyo del ayuntamiento de la localidad, Alpartir es hoy un pueblo escuela y un ejemplo de que la apuesta educativa favorece el desarrollo rural». De esta forma, el Justicia pudo ver ‘in situ’ como los niños aprenden sobre el terrero y por eso van a la compra, recorren los montes, hacen de bilbiotecarios, cultivan su huerto y venden la cosecha de almendras para sufragar algunos gastos, tareas que le expusieron los propios escolares.

Además, el 6 de marzo el colegio de Alpartir recibió, junto a otros cinco centros, un reconocimiento de Unicef por ser referentes en Educación en Derechos en Aragón. Hasta Huesca se desplazó el director del CEIP Ramón y Cajal, Juan Antonio Rodríguez ‘Yiyi’, con varios alumnos y la alcaldesa de Alpartir, Marta Gimeno que recibieron la distinción de manos de La consejera de Educación, Cultura y Deporte, Mayte Pérez, y la presidenta de UNICEF-Aragón, Pilar de la Vega.

Para Unicef, el trabajo educativo dentro de un enfoque de derechos es clave. Este favorece que los alumnos tomen conciencia de sus propios derechos y responsabilidades y que en los centros educativos se impulsen estrategias de protección participativas. Además, involucra a toda la comunidad educativa en acciones que permiten a los estudiantes desarrollarse como ciudadanos conscientes y responsables, capaces de contribuir a su propia mejora, a la de su comunidad y, por extensión, a la de toda la sociedad.

«Los seis centros aquí presentes sois un ejemplo para Aragón, porque educar en derechos de la infancia es una potente herramienta para contribuir a una transformación real de la educación, una herramienta capaz de dar respuesta a las necesidades y los compromisos que requiere el ejercicio de la ciudadanía global en la sociedad actual. La Educación en los Derechos de la Infancia y Ciudadanía Global es un proceso que fomenta en nuestros niños, niñas y jóvenes actitudes de solidaridad, paz, tolerancia, justicia social, conciencia medioambiental y les permite promover esos valores y generar cambios en sus vidas y en las de su comunidad local y global», explicó la consejera Mayte Pérez. T