Los servicios sociales de base (SSB) velan estos meses por un mejor desarrollo de la época de recogida de fruta en Valdejalón, por lo menos en lo que a personal de campaña se refiere.

El 15 de septiembre se pondrá fin al programa "Higiene para unos y salud para todos", una iniciativa promovida desde la consejería de Bienestar Social de la comarca en colaboración con los ayuntamientos de La Almunia y Ricla.

El antiguo silo de La Almunia, sede ya oficial de la atención a temporeros e inmigrantes durante el verano, acogió el año pasado un proyecto pionero dirigido a cuidar la higiene de los trabajadores que carecen de alojamiento o de viviendas en las condiciones necesarias para llevar hábitos de vida saludables.

El ayuntamiento de esta localidad se encargó de habilitar un espacio en este silo para que todas estas personas pudieran acceder de forma gratuita a una ducha evitando así "el uso de otras instalaciones públicas con este fin", según explicaban la consejera de Bienestar Social, Cristina Ostáriz, y la coordinadora del SSB, Marian Urbano. Durante estos meses, tanto en La Almunia como en Ricla era muy habitual encontrar a personas lavando su ropa o a sí mismos en las fuentes de los parques o en lugares similares, una situación que no ayudaba especialmente a aliviar las tensiones sociales de las campañas de fruta.

La propuesta del servicio social tuvo una buena acogida y este año se está repitiendo. El Ayuntamiento de Ricla, municipio con similar situación, también se ha interesado por el proyecto y la experiencia se ha hecho extensiva a esta localidad porque había gente que recorría los seis kilómetros que separan los dos pueblos para acceder a estas duchas.

Para acceder al servicio hay que coger cita previa. Cuando llega su turno cada usuario tiene derecho a diez minutos de ducha, tiempo que pueden aprovechar para un afeitado, ya que este año se cubre esta demanda. Hombre y mujeres pueden acceder a este servicio y, para los niños, se reservan unos espacios horarios determinados.

Personal de limpieza se encarga de mantener las instalaciones en buenas condiciones y de que se cumplan medidas higiénicas como el uso del calzas o el respeto por el horario de forma que, hasta el momento, el proyecto se ha desarrollado sin ningún incidente. Como novedad, también se ha empezado a ofrecer un servicio de lavandería a través del cual los usuarios pueden dejar y recoger su ropa dos días por semana.

El riesgo que se ha asumido con este programa es que, como auguraban los más escépticos, se diera un "efecto llamada", algo que desmienten los profesionales. "El uso de estos servicios es cada vez más racional y ayuda a normalizar la situación de los temporeros que están aquí", explica la coordinadora.

La Oficina de Inmigración de la DGA respalda este proyecto, que se complementa con otras iniciativas como la dispensa de vales de alimentación en colaboración con la parroquia, las panaderías almunienses, farmacias y Cruz Roja.

Hasta finales de agosto se emitieron 748 de estos vales y, en cuanto al programa de higiene, 512 usuarios habían pasado por las instalaciones de La Almunia mientras que 240 personas lo hicieron en Ricla en un mes.

La regularización progresiva de la campaña también queda patente en el número de temporeros e inmigrantes atendidos en las oficinas de información comarcal, con 266 personas que han solicitado información o el seguimiento de sus trámites.

Los hijos de las familias que se desplazan en verano para cubrir la demanda de mano de obra era otro de los colectivos que despertaba preocupación.

Con el objetivo de atenderles y de "fomentar la tolerancia y la convivencia a través del juego en una sociedad cada vez más intercultural", según Urbano y Ostáriz, se diseñó el "Diververano Intercultural", un programa de actividades infantiles de ocio que empezó en La Almunia y que se ha extendido a Epila.

La edición de este año ha supuesto la consolidación de este programa en La Almunia aunque "cada vez hay menos familias que se desplazan temporalmente y más niños de la localidad inscritos". Aquí se ha mantenido una participación de unos 50 niños en cada quincena mientras que, en Epila, julio fue más intenso, con unos 60 participantes.