El Ayuntamiento de Calatorao ha finalizado una nueva fase de restauración de la antigua mezquita mudéjar de la localidad. En esta ocasión se ha actuado en el tejado de la antigua cocina. Era una obra muy necesaria ya que estaba en muy malas condiciones y se temía que las lluvias pudieran provocar su hundimiento. La obra ha sido subvencionada por el consistorio y realizada por la empresa Prodamar, dirigida por Víctor Aguarón.

La mezquita mudéjar es una joya del patrimonio de Calatorao, y este espacio correspondiente a la antigua cocina, supuestamente la vivienda del Imán, tiene un techo de cañas entrelazadas por cordeles y ennegrecidas por el humo y el paso del tiempo, que bajo ningún concepto se podía permitir que se perdiera. Con la actuación se ha conservado íntegro, ya que se ha actuado desde el exterior. Además se ha recuperado para su uso una habitación interior que es más antigua si cabe que la propia cocina, y que también tenía el tejado en muy malas condiciones.

A la Asociación Barbacana le queda mucho trabajo por realizar antes de poder reabrir al público la mezquita. Con la ayuda de amigos y colaboradores habituales de la asociación, ya se ha blanqueado la cocina conservando todos los elementos antiguos, pero aún es necesario realizar mucho trabajo de organización.

Desde que en el 2002 el profesor de Historia del Arte de la Universidad de Zaragoza, Bernabé Cabañero, descubriera que el edificio del hospital de peregrinos del Santo Cristo había sido construido dentro de la antigua mezquita de la aljama mudéjar de Calatorao, han sido muchos los visitantes que han pasado por el lugar y han admirado la antigua mezquita. En efecto, se conserva íntegra la estructura del edificio de hace más de 500 años, con la sala de oración y un edificio anexo de dos plantas: la inferior sería la madrassa y la superior la vivienda del Imán.

Pero no solo eso. Las pinturas mudéjares conservadas en la planta inferior han sido estudiadas por el profesor Cabañero que ha proporcionado la recreación de cómo serían las paredes pintadas en su totalidad, y bajo su dirección, fue realizado en el estudio del arquitecto Javier Estopiñán, la reconstrucción tridimensional de la mezquita y las dependencias anexas conservadas. Todo ello hace que estemos ante un edificio singular del patrimonio aragonés.

Desde la Asociación Barbacana gustosamente se enseña a los visitantes la mezquita. Pero aún queda trabajo por hacer, como es la consolidación del mihrab y la pared que lo contiene, que representa el muro más importante de la mezquita y que falta por restaurar. El edificio despierta un notable interés y continuarán sucesivas y nuevas fases de restauración y estudio. T