La sede en Épila de la Universidad de la Experiencia se une a otras sedes como las de Sabiñánigo, Utebo, Jaca, Barbastro, Calatayud, Ejea de los Caballeros, Monzón, Fraga, Alagón, Alcañiz o Binéfar en las que sus habitantes ya disfrutan de ofertas formativas dirigidas a personas que por razones profesionales, por estar jubiladas o en su momento excluidas de sus aulas, exigen unos estudios modernos y adecuados a sus distintas necesidades. Porque el derecho a la formación permanente de los ciudadanos en las sociedades modernas es, sin lugar a dudas, uno de los pilares básicos del llamado estado del bienestar.