La localidad de Épila celebró el fin de semana del 15 y el 16 de noviembre unas jornadas culturales para conmemorar la figura de uno de sus vecinos adoptivos más ilustres, el que fuera el cardenal José María Bueno Monreal, coincidiendo con el 110° aniversario de su nacimiento.

El cardenal Bueno nació en Zaragoza el 11 de septiembre de 1904 y, aunque nunca residió de manera permanente en Épila, sí que pasó en la localidad largas temporadas. Por ello, el ayuntamiento quiso rendir un homenaje a tan ilustre personaje.

Bueno estudió en el Seminario de Madrid, ciudad a la que volvería como profesor tras doctorarse en Teología y Derecho Canónico en Roma. En 1946 fue nombrado obispo de Jaca. Después lo fue de Vitoria y más tarde de Sevilla, donde ejerció uno de los pontificados más largos de la diócesis. En 1958 fue ordenado cardenal por el Papa Juan XXIII. Murió en Pamplona en 1987.

Las jornadas de homenaje celebradas este mes en Épila arrancaron el día 15, en el Aula Magna de la Universidad Popular, con una conferencia a cargo de Carlos Amigo Vallejo, arzobispo emérito de Sevilla. Después se proyectó un documental con testimonios de quienes conocieron a José María Bueno Monreal, acompañado de fotos de la época.

Posteriormente se celebró una mesa redonda en la que participaron el párroco de Épila (Miguel Ángel Barco), dos familiares del cardenal (José María y Manuel Bueno Lidón) y el organista de la catedral de Sevilla (José Enrique Ayarra).

El domingo día 16, los actos comenzaron con una misa solemne presidida por el cardenal Amigo. Estuvo amenizada por la Polifónica Miguel Fleta de Zaragoza, que interpretó la Misa de Coronación de Mozart. Además, se bendijo y presentó ante los epilenses el nuevo altar.

Las jornadas de homenaje al cardenal José María Bueno se cerraron en la iglesia con un concierto de órgano a cargo de José Enrique Ayarra.