Mascarutas y zaputeros volvieron a adueñarse de las calles de Épila entre el 28 de febrero y el 10 de marzo para celebrar el Carnaval, una fiesta con gran arraigo en la localidad y que goza de unas características muy peculiares. Además, este año el buen tiempo ha contribuido a que «la fiesta y todos los actos gozasen de una gran participación y se luciesen más», explica la concejal de Festejos, Sara Guerrero.

Y es que, un año más, el Carnaval epilense resultó espectacular de principio a fin, empezando por el encuentro de mascaruticas en el CEIP Mariano Gaspar Remiro que se desarrolló bajo la temática de personajes ilustres y con el que los más pequeños se van impregnando de la esencia de esta fiesta. De hecho, participaron hasta los niños de la escuela infantil.

Mención destacada merece el desfile del primer domingo de Carnaval que puso de manifiesto el esfuerzo que los vecinos realizan año tras año para sorprender con sus disfraces a los que dedican horas, mimo e interés y que lograron sorprender a los presentes, explica Guerrero.

También participativos resultaron los almuerzos de mascarutas de los sábados por la mañana que congregaron a un gran número de vecinos que después se lanzaron a recorrer las calles llenándolas de color y contagiando a todos de su alegría y desinhibición.

Así mismo, el lunes y martes de Carnaval los escolares pudieron seguir las concentraciones de mascarutas y zaputeros con lo que se quiere promover la afición de los pequeños por esta fiesta y asegurar su continuidad. Además, el martes se llevó a cabo el tradicional concurso de murgas, un certamen que desde la Concejalía de Festejos se quiere impulsar para que no se pierda. «Siempre participa gente en este concurso porque es algo propio, pero nos gustaría que tuviera mucha más repercusión», concluye Sara Guerrero. T