El objetivo de recorrer 10.000 pasos al día surgió inicialmente como una campaña publicitaria creada por una empresa japonesa en los años 60 para vender su producto estrella, el podómetro, aprovechando el tirón de los Juegos Olímpicos de Tokio. Aparte de convertirse en la marca líder del sector, esta compañía consiguió incentivar a la población nipona a moverse más.

Más adelante, se comenzó a utilizar el número de pasos como una medida de referencia para establecer el nivel de actividad física. Con 5.000 pasos puedes considerarte como «nada activo», si caminas entre 5.000 y 7.499 estás entre la población «poco activa» y en caso de que completes entre 7.500 y 9.999 estás en la franja de «algo activo». Los beneficios para la salud comienzan a partir de los 10.000 pasos, a partir de esta cifra los investigadores dictaminan que eres «activo físicamente».

Varios estudios científicos han demostrado recientemente que cuando los sujetos analizados recorrieron 10.000 o más pasos diariamente durante un periodo de 24 semanas, además de mejorar su condición física, lograron reducir significativamente su tensión arterial, su colesterol y así como su peso corporal.

Para lograr alcanzar esta cifra, se requiere entre una hora y una hora y media de paseo, siempre y cuando se realice a un ritmo ligero. Llevar a cabo este ejercicio entre 3 y 5 veces a la semana sería lo más recomendable.

Además, no es imprescindible realizar todos los pasos en una misma sesión. Podemos ir sumando los que recorremos para ir a trabajar, para ir a hacer la compra o para ir a recoger a nuestros hijos al colegio.

Una sencilla estrategia para aumentar los pasos diarios es evitar los desplazamientos en coche o moto en trayectos en los que empleemos menos de diez minutos andando.

Para realizar una medición precisa de los pasos, podemos instalar en nuestro teléfono móvil aplicaciones totalmente gratuitas y/o adquirir por menos de 15 euros una pulsera de actividad básica. T