Cada vez que visitamos al óptico o al oftalmólogo nos insisten en la importancia de una revisión anual, pero en muchas ocasiones desconocemos el por qué. Pues bien, es debido a que la prevención es el mayor aliado que tenemos para el cuidado de nuestra salud.

Por medio de un examen ocular completo podemos detectar a tiempo y tratar en consecuencia diversas patologías que afectan negativamente a la calidad de nuestra visión. No se trata solamente de saber si tenemos graduación y necesitamos gafas, sino también de saber cómo trabaja nuestro ojo, si tenemos ojo seco (que provoca sensación de arenilla y picor) o algo tan simple como una conjuntivitis que, tratada a tiempo, evita que se convierta en crónica.

Además, por medio de una prueba de fondo de ojo podemos conocer nuestra salud visual y detectar de forma temprana patologías más serias, como la degeneración macular asociada a la edad o la retinopatía, tanto causada por la hipertensión como por la diabetes. Otra de las pruebas permite realizar controles de la presión intraocular, factor básico para evitar el temido glaucoma.

Este y otros factores son estudiados a fondo en cada revisión porque son muchas las circunstancias que afectan negativamente a nuestra visión. Y, como podréis imaginar, intervenir lo antes posible ante cualquier situación negativa en nuestra salud actuará a nuestro favor.

Así que ya saben, la prevención visual es la mejor arma que tenemos para mantener unos ojos sanos durante toda nuestra vida.

Algo muy similar sucede con la audición. Son numerosas las causas que nos pueden afectar: una infección alargada en el tiempo, estar sometido a ruidos intensos a menudo, tratamientos con algunos medicamentos o incluso enfermedades sufridas en la infancia pueden llevarnos a una mala salud auditiva. T