El 18 de mayo era la fecha señalada para la celebración de los actos del Otorgamiento de la segunda Carta Puebla de Salillas en 1319. Todo había sido preparado al detalle para hacer de este día una jornada brillante y a pesar de que la climatología se puso en contra, no pudo con la ilusión y el trabajo de todo un pueblo.
El primer revés se sufrió en la madrugada del viernes 17 de mayo, cuando una fuerte tormenta arrasó con toda la decoración que lucía en las calles. Guirnaldas, banderolas y estandartes fueron barridos de un plumazo por el agua y la lluvia que cayó en aquella noche. Lejos de achantarse ante la dificultad, el equipo organizador consiguió que todo volviera a lucir de nuevo. Además del trabajo de la organización, el pueblo entero se volcó en decorar su fachadas y balcones y a las 20.00 horas del viernes, cuando comenzaban las fiestas de Santa Quiteria, el pueblo lucía magnífico.
Al día siguiente, cuando dio comienzo la jornada medieval, la transformación fue aún mayor. La afluencia de puestos al mercado medieval, las jaimas de las peñas, los chiringuitos de animación para pequeños y las actuaciones de lucha convirtieron Salillas en una aldea medieval. A esto hay que sumar la participación de la gente, perfectamente ataviada y la gran afluencia de público de otras localidades que convirtió la plaza y sus aledaños en un hervidero de gente.
Un multitudinario pasacalles amenizado por los Gaiteros del Rabal donde se pudo ver bailar el dance de Salillas amenizó hasta la hora de la comida. En la sobremesa volvió a haber música y espectáculos hasta la hora de la recreación histórica. Cuando todo estaba a punto de comenzar volvió la lluvia y deslució el momento, pero una vez pasada, comenzó la representación teatral que recreaba el Otorgamiento de la Segunda Carta Puebla y tres momentos protagonizados por tres mujeres que gobernaron el Señorío de Salillas a lo largo del siglo XIV. Además durante la recreación se pudieron ver bailes interpretados por el grupo Octava Milla de Utebo y por jóvenes de Salillas.
La representación fue todo un éxito a pesar de la lluvia y el frío y dejó claro que cuando los salillenses se empeñan, ni la climatología adversa puede con ellos.
Una colección de fuegos artificiales lanzados desde el torreón y la orquesta en el pabellón pusieron el broche final a esta primera fiesta medieval de Salillas de Jalón, que no será la última, pues cuando aún no se ha terminado de recoger y guardar todo el material de este año ya se piensa en la próxima edición.
Desde la organización de los actos se insiste en que la implicación de todo el pueblo ha sido la clave para llevar a buen puerto esta iniciativa, pues desde el primer momento hubo interés y ganas por colaborar.
Los preparativos han durado meses y han sido numerosas las personas que desde sus casas han ido haciendo toda clase de tareas que desde la organización se les encomendaba. También ha habido talleres para hacer elementos decorativos y charlas culturales para situar a la gente en el momento histórico que se conmemoraba, así como otros actos tales como un viaje a Teruel para ver in situ las Bodas de Isabel y coger ideas.
Al día siguiente, la fiesta continuó y se celebró la festividad de Santa Quiteria con misa, procesión y un concierto por la tarde. T