Los ranchos y los festejos multitudinarios por la festividad de San Jorge que cada año se celebran en Ricla dieron paso esta vez a una multitud de celebraciones, pero de tamaño reducido a causa del coronavirus. Las grandes sartenes y las enormes perolas se sustituyeron por las soperas de casa y las barbacoas en terrazas y jardines, pero no por eso perdieron ni una pizca de magia.

A las 12 de la mañana las campanas de la magnífica torre mudéjar de Ricla dieron la felicitación a todos los riclanos en el día de la festividad de Aragón y, a continuación, el Canto a la libertad de José Antonio Labordeta animó a todos los riclanos. Fueron muchos los vecinos que desde los balcones de sus casas entonaban la letra de este himno oficioso.

LOS LIBROS, PROTAGONISTAS

Y, como no podía ser de otra manera, los libros fueron también los protagonistas, aunque este año sin la rosa típica. En este sentido, se reactivó el servicio de biblioteca con el reparto a sobre cerrado a todos los amantes de la lectura y dos días a la semana pueden solicitar el préstamo de los libros que se deseen.

Los niños, por su parte, contribuyeron a esta jornada colocando en las ventanas los diferentes dibujos coloreados de San Jorge y el dragón y tuvieron ocasión de conocer la leyenda del patrón con un magnífico video que prepararon las maestras de la escuela infantil y que, además de didáctico, les hizo pasar un rato muy divertido. T