Pertrechados con velas, coronas de flores e incluso mantillas en la cabeza, algo más de un centenar de vecinos de los barrios y los pueblos de la margen izquierda escenificaron el 15 de febrero un funeral a las puertas del hospital de referencia para el sector sanitario I, el Royo Villanova. El objetivo era denunciar "la pérdida de servicios" que el centro viene sufriendo en los últimos meses.

Una de las consignas más repetidas entre los congregados fue la petición de dimisión del consejero de Sanidad del Gobierno de Aragón, Ricardo Oliván. Le acusaron de orquestar "el saqueo de la sanidad pública en la margen izquierda". Por ello, le reclamaron "todos los servicios que nos han robado".

Los principales homenajeados en el irónico sepelio celebrado a las puertas del Royo Villanova fueron los camiones del servicio de resonancia magnética que, hasta el 3 de diciembre, prestaban su función en el párking del hospital, en el mismo sitio donde se celebró la concentración.

Representantes de las agrupaciones vecinales de Vadorrey, La Jota, el barrio Jesús, el Arrabal, Movera, Santa Isabel o el Picarral, entre otras, acudieron a la convocatoria lanzada por las comisiones de la Margen Izquierda y de Salud de la Federación de Asociaciones de Barrios de Zaragoza (FABZ) para denunciar "la descapitalización de nuestro sistema sanitario", según expusieron en un manifiesto.

A ellos se unieron también algunos profesionales del Royo Villanova como Rafaela Teller, auxiliar de enfermería, que criticó que, desde que se llevaron los camiones, los pacientes que necesitan una prueba de radiodiagnóstico "tienen que ser trasladados al hospital Provincial, lo cual es una molestia para ellos, además de suponer un gasto extra en ambulancias. A mí no me salen las cuentas", aseguró, si lo que se persigue es "el ahorro".

Asimismo, días más tarde el portavoz socialista en la comisión de Sanidad, Bienestar Social y Familia, Eduardo Alonso, denunció que el hospital Royo Villanova de Zaragoza tiene una demora de diez meses para la realización de resonancias.

Pero además de la pérdida del aparato de resonancia, los vecinos también mostraron su duelo por el desmantelamiento de los laboratorios o la pérdida de especialidades y de personal del centro Grande Covián, entre otros

La presidenta del distrito del Rabal, Lola Ranera, decidió unirse a la concentración porque este hospital "fue una reivindicación histórica" y los vecinos "estábamos muy orgullosos de él porque cumplía muy bien" con sus objetivos. "Ahora lo están desmantelando de manera muy sibilina y la sanidad es una línea roja que nunca se debería traspasar", valoró.

También la AVV Actur-Rey Fernando ha puesto en su punto de mira los recortes sanitarios en el Sector I y en su hoja informativa núm. 50 denuncia la paralización del Centro Médico de Especialidades Actur desde que se incluyera una partida presupuestaria en 2006, además de la pérdida de servicios en los centros de salud, el CME Grande Covián y el Royo Villanova.