Todo el sabor y la cultura andaluza se concentró del 28 de mayo al 7 de junio en los más de 800 m2 de carpa instalada en la calle Moret para albergar la XXVIII Feria de Andalucía en Zaragoza, que este año tuvo un especial sabor cordobés, coincidiendo con el año en que Córdoba ha sido designada Capital Iberoamericana de la Cultura Gastronómica. También por ello, previamente a la inauguración de la feria, tuvo lugar en la Casa de Andalucía una comida en la que se reunieron autoridades locales y provinciales de Zaragoza y de la Diputación y el Ayuntamiento de Córdoba.

Ya por la noche del 28 se inauguró la feria con el encendido de luces y portada, acto que como es habitual congregó a muchísimo público y autoridades, y tras el cual tomó la palabra el presidente de la Casa de Andalucía, Federico Tinoco, para agradecer a todos los que colaboraron para conseguir la celebración de la feria. También hablaron el primer teniente de alcalde y la diputada provincial de Turismo de Córdoba y el vicealcalde de Zaragoza.

Así se abrió una feria en la que, además de estar presente Córdoba Capital del Sabor 2014, destacaron algunas actividades como la Ofrenda de Flores a la Virgen del Pilar, la animación infantil, las invitaciones a espectáculo y refresco a los pertenecientes a los clubs de mayores del Ayuntamiento de Zaragoza y el concurso de baile por sevillanas que tuvo como una gran aceptación, tanto de participantes como de público, y la caseta estuvo a rebosar.

También se pudo disfrutar de la música y el baile del sur con los grupos Por derecho, Ábrego, Nostalgia Andaluza, Zarcillo, Andara o el grupo infantil de la Casa de Andalucía, entre otros muchos, y todo ello acompañado de su gastronomía --salmorejo, flamenquines, fritura de pescado, rebujito, vino fino y manzanilla-- y sobre todo de ese ambiente alegre y distendido que tanta falta hace, y que tan ligado está a la buena gente de Andalucía.

En definitiva, fueron once días para disfrutar en un ambiente festivo de bailar preferentemente sevillanas, sin olvidar las rumbas y los pasodobles, ambiente en el que se unieron andaluces y zaragozanos, calculándose que por la feria pasaron en estas jornadas más de 150.000 personas.