Asalto, el Festival Internacional de Arte Urbano que desde el año 2005 inunda durante varios meses las calles del Casco Antiguo de Zaragoza con propuestas artísticas vanguardistas, ha ampliado sus fronteras llegando hasta el Arrabal, San José o Torrero.

En estos barrios se han desarrollado participativas e impactantes propuestas realizadas in situ por artistas urbanos y colectivos artísticos del panorama nacional e internacional. Se trata, por tanto, de una fórmula de interacción global con la ciudad, tanto a nivel urbanístico como social, que año tras año seduce tanto a los artistas y colectivos como a ciudadanos y turistas. Como concepto se trata de una experiencia artística y de creación única, ya que todo el proceso creativo y la ejecución del mismo se realizan en la ciudad de Zaragoza, siendo sus calles el mejor taller de trabajo, el mejor lienzo y la mejor galería.

En esta ocasión el festival Asalto ha llegado al Arrabal por primera vez, dejando tres testigos que sin duda se han convertido en iconos para el barrio y en los primeros testigos de que la vanguardia artística también tiene su espacio en el Casco Histórico del Arrabal. En concreto se han pintado dos murales en la calle Manuel Lacruz, en la plazuela de arranque de las calles Horno y Mariano Gracia. Estos murales han sido pintados por Pastel, quien indaga a través de simbolismos, historias no muy relatadas, pero que aún se mantienen vigentes en nuevos entornos geográficos con las mismas problemáticas y diferencias socio-políticas. Con el trabajo de las puntas de flechas y la flora, se marca una base en el diálogo sobre lo existencial, real, puro y trágico que debe ser el hombre con lo que lo rodea y coexiste.

El otro mural es obra de Nicolas Barrome & Amandine Urruty y llama la atención por sus vistosos colores y unos personajes y bestias extrañas que son un fiel reflejo del imaginario de estos artistas.